La radio en el Cine: A buena hora
Por: Bruno Suárez Romero
Foto: Ettiene Armas Ricardo
El surgimiento de la radio en la década de los años veinte del siglo pasado determinó en el desarrollo de las técnicas de amplificación, archivo y reproducción de audio, lo que llevó a la creación del cine sonoro con la salida al mercado de El cantante de jazz, (1927).
Existen diversos ejemplos históricos que vinculan a ambos medios de comunicación. La presencia de Orson Wells en la radio con su versión de La guerra de los mundos (1938), es quizás la más famosa referencia de un realizador radialista/cineasta, aunque podemos hablar de muchos otros ejemplos que incluyen también a creadores cubanos como es el caso del documentalista Santiago Álvarez, quien antes de hacer cine laboró en el departamento de sonido del Circuito CMQ (radio-televisión).
Más cercano a estos tiempos, tenemos al guionista y director de cine Ernesto Daranas Serrano (Los dioses rotos, 2008 y Conducta, 2014) cuya formación profesional está estrechamente ligada a la radio, donde durante años ha escrito guiones para espacios dramatizados y de corte científico-técnico como es el caso del programa S.O.S Planeta, de Radio Taíno, en el cual labora actualmente.
Los vínculos de la radio cubana con el cine son de profundo arraigo. Primeros actores han simultaneado sus labores ante el micrófono con sus desempeños en la gran pantalla, así mismo lo han hecho locutores, guionistas y realizadores.
Un ejemplo histórico es Félix B. Caignet al cual se atribuye la fundación del género radionovela y quien fuera el guionista y productor de la primera película sonora cubana: La serpiente roja (1937), donde recreara a un personaje surgido en una de sus series radiales, el detective chino Chan Li Po, interpretado también para el filme por Aníbal de Mar, el mismo actor que lo encarnara en la radio.
No son pocos los acontecimientos artísticos que relacionan la radio con el cine, pero, sin lugar a dudas, un suceso vigente de especial significado cultural es que en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano se designe, ya por varias ediciones consecutivas, a un espacio de radio como Voz oficial del evento.
Se trata de la radiorevista cultural A buena hora, de la emisora Radio Taíno, la cuál durante los días del Festival abandona su habitual sede en el edificio Radio Centro y se instala en la sala de prensa del Hotel Nacional de Cuba, desde donde fluye toda la información en torno a la cita cinematográfica.
A buena hora, espacio dirigido por Manolo Luís, amplifica las voces y el pensamiento de realizadores, actores y críticos quienes, a través de sus micrófonos, van denotando el pulso de los acontecimientos. Su conductora, la periodista Ana María Domínguez Cruz se destaca por la realización de entrevistas dentro del estilo coloquial que ha caracterizado a esta propuesta radial, con más de veinte años en el aire.
El Festival se comporta como un espacio de reflexión y debate de disímiles temas, que se estimula a partir del contenido de los filmes en concurso. Es indiscutible el valor que impone la inmediatez de la radio a la repercusión de esos criterios.
La presencia del programa radial en la sala de prensa del Festival es una fuente generadora de información, incluso para el resto de los medios de comunicación que dan cobertura al evento.
A buena hora funciona como un proyecto cultural multimediático que coloca en su página Web y en su portal de facebook imágenes fotográficas y videos de las comparecencias de personalidades ante sus micrófonos, además de publicar los trailer de las películas en competencia. El programa posee también un sitio en youtube con un nivel de alcance importante.
El Festival del Nuevo Cine Latinoamericano es probablemente el mayor acontecimiento cultural de nuestro país. La participación de la radio durante los días del evento es una demostración de la funcionalidad del medio como vehículo de promoción para el arte y la cultura.
El programa A buena hora es referente de una labor sistemática que se realiza en el medio y de la cual forman parte muchos otros espacios.
En un próximo comentario expondremos con más detalles los entrelazados artísticos con los que coexisten la radio y el cine cubanos.