El ciclón que ya pasó
Por: Bruno Suárez Romero
Los cubanos poseemos una cultura meteorológica que se fomenta, sistemáticamente, a través de los medios de comunicación.
Al concluir la temporada ciclónica en el Caribe, nos percatamos de cómo la radio nacional baja la intensidad informativa con respecto al tema. Lógica consecuencia y coherente reposo para la comunidad de oyentes, que ha estado durante cinco meses “Preparados y alertas”, como se expresa en un spot que llama la atención sobre el asunto.
Sabemos que cuando un huracán de gran intensidad amenaza o azota una región, el servicio eléctrico falla irremediablemente como consecuencia de los fuertes vientos. En ese momento la radio desempeña un papel fundamental.
Cuando la calma asoma, locutores y periodistas comentan los acontecimientos y se recrea el espacio radial con piezas musicales asociadas a los huracanes. Si revisáramos el pentagrama musical cubano hallaríamos múltiples referencias, en los textos de las canciones, a fuertes vientos y centellas. Eso nos lleva a reflexionar en cuanto ha aportado el fenómeno ciclón al imaginario artístico y cultural de nuestro país.
Ejemplo de un clásico musical es El huracán y la palma, de Sindo Garay. La letra de esta hermosa canción expresa la resistencia de una palma real, nuestro árbol nacional, ante el embate de un enérgico ciclón. Esa obra es habitualmente radiada en el programa Cita con la trova de Radio Taíno, conducido por el octogenario Lino Betancourt, Premio Nacional de la Radio 2007.
El cuidado en la selección musical y el rigor en el uso de las fuentes caracterizan a Cita con la trova, que en uno de sus comentarios, de post-temporada ciclónica, nos acercaba al origen de la pieza El trío y el ciclón, popular interpretación del Trío Matamoros.
Nos decía Lino, desde su espacio, que la canción está inspirada en el paso del ciclón San Zenón por el sur de República Dominicana, en 1930, donde dejó miles de muertos y una enorme destrucción. El trío Matamoros se encontraba en Santo Domingo como parte de un contrato de trabajo y allí vivieron la experiencia.
Miguel matamoros compuso la música y el estribillo que dice así: Cada vez que me acuerdo del ciclón, se me enferma el corazón. El resto de la letra incluye unos versos de un poeta puertorriqueño de nombre Leopoldo Fernández, quien también estaba en República Dominicana durante los sucesos.
En otro espacio radial, Frecuencia Total de Radio Rebelde, Pedro Rafael Cruz ofreció detalles, en su sección Detrás de la música, de cómo los integrantes del Trío Matamoros tuvieron que esconderse debajo de los fogones, en una cocina, para no ser víctimas del San Zenón.
En ese mismo programa, el meteorólogo Miguel Ángel Hernández explicó las similitudes y diferencias, en los recorridos de los huracanes Irma y San Zenón. El elemento curioso es que el tristemente celebre San Zenón estaba cumpliendo 87 años de su paso por la región justo en los días en que Irma azotaba el área del Caribe.
La radio amplifica saberes y el tema del ciclón es apreciado desde diversas aristas tomando como fuente la música.
Todos esos comentarios dan pie para la salida al aire de la pieza musical El trío y el ciclón, la cual sobrevive en el tiempo, a pesar de su ya remoto estreno, en 1930. Su frecuente puesta en antena demuestra cuanto aporta la radio en materia de divulgación y vigencia de piezas musicales antológicas.
El trío y el ciclón, es sin dudas, la más popular canción cubana inspirada en ese fenómeno meteorológico del que, por suerte, reposamos por estos días hasta la venidera temporada ciclónica. El texto describe, desde la sencillez y el gracejo popular, los desastres ocasionados por un huracán.
El trío y el ciclón (Bolero-son)
En una tarde de inquietud, Quisqueya
viose de pronto de pavor sumida,
reinaba allí la lluvia, la centella
y la mar por doquiera embravecida.
Horas después quizo la aciaga suerte
sólo dejar desolación, gemidos.
El imperio macabro de la muerte
sobre el pueblo entero destruido.
Estribillo:
Cada vez que me acuerdo del ciclón
se me enferma el corazón.
Cada vez que me acuerdo del ciclón
se me enferma el corazón.
Cada vez que me acuerdo del ciclón
se me enferma el corazón.
Ay, espiritistas inciertos
que muchos hay por allá,
ay, espiritistas inciertos
que muchos hay por allá
porfiaban con terquedad
que los del trío habían muerto.
Estribillo
Ay, esto fue lo más sabroso
que el trío en un aeroplano,
esto fue lo más sabroso
que el trío en un aereoplano
volviera al suelo cubano
para seguir venturoso.
Estribillo
Ay, aquí termina la historia
de tan tremendo ciclón,
aquí termina la historia
de tan tremendo ciclón:
los muertos van a la gloria
y los vivos a bailar el son.