Concurso Alfredo Sadel: homenaje a un tenor ilustre
En Cuba se mantiene vivo el legado de uno los más populares intérpretes en la historia musical venezolana
Por: Maya Quiroga
Le decían el Divo del Arauca a quien fuera bautizado por sus padres con el nombre de Manuel Alfredo Sánchez Luna, (Caracas, Venezuela, 22 de febrero de 1930 – Caracas, Venezuela, 28 de junio de 1989).
El mundo artístico lo conoció como Alfredo Sadel o El Tenor favorito de Venezuela. Está considerado como el intérprete popular y lírico más importante en la historia musical venezolana. Era dueño de una voz gloriosa con la cual debutó en los Estados Unidos. Allí se convirtió en el primer artista venezolano en actuar en la televisión al ser contratado y presentado en el show de Ed Sullivan, y en otros programas exitosos del país como Chance of a Lifetime.
La prensa de la época lo catalogó como “El artista latino más popular de la televisión norteamericana”. Pero nada de lo anterior impidió que compartiera su carrera como cantante con la actividad sindical artística y promoviera, en 1957, la fundación de la Asociación Venezolana de Artistas de la Escena.
Hombre comprometido con las causas justas colaboró con la resistencia que luchaba contra la dictadura de Marco Pérez Jiménez. Sus ideales progresistas lo unieron a otra gran cantante lírica: la rusa Mariana de Gonitch, radicada en Cuba. Sadel conoció a la Diva de San Petersburgo durante su primera visita a la Mayor de las Antillas, en 1955.
En 1978, regresa a la Isla y en la capital cubana se vuelve a encontrar con Mariana. Se renuevan los lazos de amistad entre ambos músicos. En esa ocasión el divo ofreció un concierto memorable en el Teatro Karl Marx que dejó fascinados a muchos de los que lo escucharon aquella noche cantar con su voz natural.
Sus admiradores cubanos lo animaron a grabar de nuevo música popular, en especial, un LP con música de Los Panchos y otro en que rendía su tributo a Carlos Gardel.
Sadel tenía una máxima que le aconsejaba emplear a todos los interesados en el bel canto: “Siempre cantar, alto, liviano, delgado, frasear, cantar por el goce de cantar”.
Esa visita de 1978 lo llevó también al Teatro Principal de Camagüey. La Ópera Nacional lo había invitado a interpretar el Rigoletto de Giuseppe Verdi. en la cuna del Mayor, Ignacio Agramonte.
De nuestro país expresó conmovido: “Quiero inclinarme ante el valeroso pueblo cubano, inclinarme con todo respeto”.
La pieza Alma Llanera, de Juan Bruno Tarraza, era uno de sus boleros preferidos. Por eso la cantó a dúo con dos cubanos y un mexicano: Pacho Alonso, Benny Moré y Pedro Vargas.
En su honor, el tenor Hugo Oslé, director de la Academia Nacional de Canto Mariana de Gonitch, instituyó en el año 2014 el Concurso Bolivariano de Canto Alfredo Sadel que en 2018 arriba a su cuarta edición.
Este 22 de febrero, coincidiendo con el onomástico 88 de Sadel, se celebrará el concurso que lleva su nombre, a las dos de la tarde, en la Casa de la Cultura de Plaza. Allí un grupo de alumnos de la Academia se graduarán con su presentación al concurso que preside la cantante italiana Lucía Altieri.
Hasta el momento, han confirmado su participación al evento una veintena de jóvenes procedente de varias provincias y cuyas edades oscilan entre 17 y 35 años. El Concurso Alfredo Sadel se realiza con el auspicio de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba y la Dirección Provincial de Cultura de La Habana.
Sadel grabó en vida, más de 2 mil canciones que están recogidas en cerca de 200 discos de 78 RPM y unos 130 fonogramas de larga duración editados en diversos países. La Fundación que lleva su nombre los ha ido digitalizando en una serie denominada Documentos Alfredo Sadel, de modo que su voz y su memoria estén siempre presentes en el acervo cultural venezolano.