La zona de la Corea en el cine de ayer
Por: Rafael Lam
Lo que hoy conocemos por el barrio de La Corea, es una zona de San Miguel del Padrón, donde hay unos rumberos llamados “Los Chinitos de La Corea” y que tienen mucha aceptación en el mundo rumbero de hoy.
Pero en otros tiempos, le llamaban La Corea a una zona en el entorno de la Calzada de Ayestarán, justo en la calle Almendares, entre Desagüe y 19 de mayo, donde fueron instaladas las principales oficinas de las firmas Filmocentro, Centro Fílmico o Filmocenter, como le llama la gente del medio cinematográfico. Lo nombraron jocosamente La Corea, debido a que en ese período se estaba produciendo la guerra en ese país. Por ese motivo también se hablaba de “Paralelo 38”.
Se trata de un edificio construido especialmente para oficinas comerciales, bufetes y contadores públicos, con apartamentos de distintos tamaños y cafetería privada.
No podemos olvidar que Cuba era uno de los mayores consumidores de películas y que tenía las mayores salas de cine del mundo, estas pasaban de cien, en una ciudad de medio millón de habitantes.
Por ese motivo se fueron instaurando bóvedas con sistemas de seguridad más funcionales, se instaló un monopolio extranjero del cine en La Habana para la distribución de películas.
Por ejemplo, las oficinas y talleres de Cineperiódico, era uno de los mejores noticiarios de América Latina, se encontraban en el Centro Filmico de Ayestarán 164. Se anunciaban en la revista Bohemia la distribución en medio centenar de cines capitalinos y 136 teatros del país, no olvidemos que los teatros funcionaban como cines. Las sucursales eran muchas, todavía podemos encontrar algunos de esos centros en activo pertenecientes al ICAIC.
En este centro radicaron desde 1949 algunas empresas como la Distribuidora Cubana de Películas S.A., la Orbe Films S.A. A través de este recinto llamado Filmocentro se distribuían las películas mexicanas y las de idioma inglés.
Algunas distribuidoras se ubicaron en Filmocentro a consecuencia de un incendio en la calle Prado 72 esquina Genios, donde existía una compañía distribuidora que resguardaba casi cien películas que ardieron como la pólvora. Una pérdida irreparable de más de 30 mil pesos, una cifra altísima en aquellos tiempos.
Hacia 1953 existían muchas casas distribuidoras de películas, casi ascendían a 30. Muchas de esas distribuidoras eran: Alexis Films, Artistas Unidos, Salvador Behar, Vicente Blanco, Cifesa, Colmbia Picture, Continental Films, International, Latino Films.
Recordamos hoy a La Corea, donde tantos proyectos fílmicos fueron gestados, en una zona de intercambio cultural y comercial de la cinematografía.