Martí en el cine
Por: Rafael Lam
Ahora que estamos recordando el Aniversario 160 del natalicio de José Martí y, hace unos días, el 19 de mayo, los 123 años de su caída en combate en Dos Ríos; queremos hacer mención a un documental de 1946 del pintor y cineasta Enrique J. Crucet, quien deseaba mostrar en todo su esplendor los lugares más significativos del trayecto seguido por el apóstol a partir del desembarco en tierra cubana.
Crucet acompañó a la columna de viaje de instrucción de la Escuela de Cadetes al mando del teniente coronel Antonio Bilbatúa Sanz en un recorrido de 400 kilómetros.
La ruta de Martí o Siguiendo la ruta de Martí, se realizó en 16 mm y en colores para seguir paso a paso el itinerario del maestro y sus seguidores al incorporarse a las tropas mambisas de la Guerra de Independencia, desde el arribo de la expedición en Playita de Cajobao, el 11 de abril de 1895, hasta su día final el 19 de mayo de 1895.
La idea fue muy atinada, las nuevas generaciones siempre quieren saber los avatares que pasaron nuestros próceres, ver cómo fue la trayectoria de un hombre que ya es más que un mito, es una vida.
Por suerte, este realizador Crucet, tenía la experiencia de la 1ª. Guerra Mundial, en la que tuvo que estar entre las balas y los cañones, en la disciplina militar.
Por eso pudo producir y fotografiar el documental en cuarenta minutos, para el proyecto tuvieron que seguir los pormenores del Diario de Campaña de José Martí.
El objetivo inicial de este documental era que sirviera para la instrucción de los alumnos de la Academia Militar, propiciar una Biblioteca Cinematográfica con fines educativos.
Crucet tuvo como planes perspectivos cortos musicales: La Habana de ayer y hoy, Es mi Cuba un paraíso, con música de Rosendo Ruiz Suárez y otras de Eusebio Delfín. También lograr una comedia musical idea costosa y complicada.
Martí es un cubano de proyección universal que rebasó las fronteras de la época en que vivió para convertirse en el más grande pensador político hispanoamericano del siglo XIX; todo lo que pueda idearse sobre su vida, su obra y su pensamiento siempre será digna de atención.
Tanto la trayectoria recorrida por Martí en este último combate, como los avatares de su muerte, deben ser mostrados para que los jóvenes conozcan la magnitud del padre de la Revolución Cubana.
Caída en combate.
Identificado el cadáver es atado a un caballo y conducido a Remanganaguas. Ximénez de Sandoval informa a su jefe inmediato en Santiago de Cuba el resultado de las acciones y con desprecio al cadáver del héroe caído, lo hace enterrar sin ataúd y semidesnudo, en una fosa abierta en la tierra. Con parte del dinero sustraído de sus bolsillos la soldadesca compra tabaco y aguardiente para celebrar la hazaña.
Los esfuerzos y la saga de los mambises para proteger el cadáver del apóstol fue una verdadera proeza que algún día debe realizarse en un material visual. Bajo todas esas presiones del colonialista, se preservó el cuerpo del más grande hombre de Cuba: José Martí. Sus compañeros de batalla sabían que conservaban un símbolo que hoy y siempre seguirá iluminando el camino y los sueños de los cubanos.