Nuevas formas en el panorama audiovisual cubano
Por: Maya Quiroga
La televisión cubana es pública y está marcada por nuestra realidad cultural, económica, política y social. También presenta la paradoja de la convivencia entre los medios analógicos y los digitales.
Sobre el tema se debatió en el evento teórico del Concurso Caracol 2019 que tuvo lugar hasta el 15 de noviembre en la sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
Desde sus inicios la industria del entretenimiento y el arte se han dado la mano, pero con el desarrollo vertiginoso de Internet o la Red de redes, comienza a hablarse de la desaparición de la televisión por Broadcasting.
La realidad del siglo XXI se hace ahora mucho más compleja cuando comienzan a cambiar los formatos televisivos con el surgimiento de nuevas pantallas más allá del cine y la televisión tradicional, léase, Tablet, teléfonos inteligentes y computadoras.
Actualmente se sigue consumiendo televisión lo que mediante streaming. Como parte de las estrategias de comunicación de muchas cadenas televisivas norteamericanas los productos audiovisuales se hacen acompañar de una página web y de varias redes sociales que incluyen desde el merchandising hasta la banda sonora de una serie y otros contenidos más.
En opinión del documentalista Rigoberto Jiménez –al frente de la Cátedra de Televisión y Nuevos Medios en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (Eictv) – todas las formas de producción de contenidos son legítimas.
Por eso los docentes de la Eictv se ocupan de la formación de nuevas figuras como el productor creativo que construye los temas y busca equipamientos para producir los diferentes contenidos transmedias para las distintas pantallas.
En ese universo se insertan los documentales y ficciones interactivas, así como el fenómeno del Hipercine que según explicó el crítico Víctor Fowler consiste en cambiar de manera interactiva la secuencia de un relato audiovisual.
Desde la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de La Habana se tiene conciencia de que hoy las audiencias van construyendo sus discursos con las herramientas que tienen a la mano a partir de un lenguaje mucho más multimedial.
Durante el evento teórico el realizador Juan Carlos Travieso –que pertenece al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) – se preguntaba cómo es posible que jóvenes YouTubers que no cuentan con una preparación específica sobre los temas que abordan tengan cada día más seguidores a nivel mundial.
En ese contexto se inserta hoy el Decreto Ley No. 373 del Creador Audiovisual y Cinematográfico Independiente sobre el cual también se debatió durante el evento teórico del Caracol en un panel que tuvo como invitados al crítico y periodista Rolando Pérez Betancourt, a la productora Claudia Calviño, al realizador Enrique (Kike) Álvarez y a la abogada Tania Delgado, Vicepresidenta del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic).
La realidad es que gran parte de los públicos adolescentes y jóvenes no se sienten atraídos por algunos productos audiovisuales nacionales que se destinan a ellos en la radio y la televisión y ciertos YouTubers producen contenidos serios no solo para los millennials sino para la venidera generación Z.
Entonces cabe preguntarse si estarán preparados los integrantes de los Comités de Admisión del Icaic y el ICRT para darles respuesta a los YouTubers, a los realizadores de video arte o video danza –y otras nuevas formas de la audiovisualidad– que han mostrado interés en formar parte del Registro del Creador Audiovisual y Cinematográfico (Recac).
¿Se contemplarán en futuras ediciones corregidas y actualizadas del Decreto Ley 373 a estos nuevos realizadores que están presentes en el panorama audiovisual cubano?
Como sabemos las legislaciones aprobadas son perfectibles. Solo con el tiempo y la entrada en efecto de la Recac se podrán analizar estos fenómenos con mayor profundidad para darles su justo valor.