Dominio Cuba: comunicación desde el escenario digital
Por: Maya Quiroga
El rol de la crítica en el contexto de la era digital signó los debates de la jornada final del evento teórico del Concurso Caracol 2019 que sesionó en la Sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
En un panel moderado por Soledad Cruz, Presidenta de la Sección de Crítica de la Uneac, la Doctora en Ciencias Rosa Miriam Elizalde hizo la presentación especial del proyecto audiovisual Dominio Cuba, constituido en programa de televisión que sale al aire los viernes a las siete de la noche por el Canal Educativo, con el propósito de contribuir a la formación de capacidades sobre el uso de las tecnologías digitales a partir de los estudios realizados sobre las nuevas narrativas donde el humor ocupa un lugar importantísimo.
La eminente periodista explicó que en su oficina están trabajando en Nueva América Latina, un proyecto de articulación en red que se fundó hace un año, prácticamente como una entelequia y ha logrado organizar a equipos de comunicación de nueve países latinoamericanos que “en estos momentos están en pleno fragor defendiendo los movimientos populares en Bolivia frente a un Golpe de Estado que es una gran aberración”.
Elizalde continuó su intervención previniendo sobre la situación política del Continente: “Estamos reviviendo el Plan Cóndor 2, los años más oscuros de las dictaduras latinoamericanas, con una diferencia: tenemos redes, tenemos a la gente por primera vez visibilizando y generando un sentido común otro para podernos defender.
“A diferencia de otros momentos de la comunicación en que el periodista era una especie de lobo solitario que dependía de sí mismo y tenía la comodidad de un canal de transmisión donde la gente te escuchaba pasivamente, hoy no es así. Es mucho más complejo.
“Lo que nos está pasando en la Izquierda es un retraso, no solo frente a la producción teórica para podernos defender en estos canales tan atomizados, con tanta información, tan dispersos, sino que en realidad no tenemos los espacios, no tenemos los instrumentos. Hay una hiperconcentración del poder de estas transnacionales al punto de que prácticamente concentran a todas las audiencias”.
La periodista explicó que la guerra en Bolivia comenzó con la utilización de más de 8 mil robots –dirigidos desde centros de poder– que inocularon y contaminaron las redes sociales con la complicidad de esas transnacionales que se dedican a la producción de contenidos. En ese sentido acotó que existen algoritmos específicos para Cuba que impiden que nuestros contenidos publicados en twitter se conviertan en tendencias.
“En Cuba no hemos logrado eso nunca porque estamos, evidentemente, metidos en otro circuito. Por tanto, somos rehenes no solo de los gravísimos problemas que ya tiene todo el mundo al no tener realmente el poder sobre esos espacios, no controlar las voces, convivir además con las luces y las sombras de estos escenarios.
“La nueva arquitectura de los medios genera que las redes sociales suelan ser fundamentales en estos momentos de tensiones noticiosas para imponer o no determinados contenidos. Antes la opinión pública se construía con la opinión publicada hoy se construye con la opinión compartida. Es un concepto totalmente nuevo”.
Para la especialista la única manera de enfrentar esas enormes cámaras de eco que nos generan “es articulándonos con todas estas redes, compartiendo sus luchas para que ellos puedan compartir las nuestras, pero no solo con una visión mecánica de que nos solidarizamos y nos unimos, sino por una necesidad práctica y es que la teoría para la resistencia se está construyendo en estos espacios a partir de la participación y la producción de contenidos”.
Por todo lo anterior es necesario conocer las nuevas narrativas en Internet que son funcionales para los llamados nativos digitales: “A los inmigrantes digitales –los nacidos antes de 1982–siempre se nos notará el acento. Tenemos que hacer un esfuerzo extra para incorporarnos ahí”.
El proyecto Dominio Cuba surge con la idea de interrelacionarse con equipos internacionales multidisciplinarios y proyectos de comunicación política digital de alta tecnología que producen y tienen un brazo comunicacional. A la par se están estudiando las lógicas de producción, cómo funcionan los públicos y se están haciendo diseños de comunicación estratégica:
“Hoy más que nunca las estéticas, las maneras en que se construyen las emociones son más importantes, probablemente, que en otros momentos. La izquierda y nosotros en particular hemos sido muy soberbios: como hemos tenido siempre la verdad creemos que se la podemos imponer a la gente de cualquier modo”.
Según advirtió Elizalde en la estructura de las redacciones de nuestro sistema de medios no existe un sistema de gestión adaptable a los nuevos tiempos que cuente con un realizador audiovisual, un cineasta, equipos de comunicación y diseñadores.
Actualmente la narrativa visual es más fuerte que la escritura y por eso existen redes sociales donde prácticamente no se usa el lenguaje escrito tradicional: “Hoy no se gestiona la comunicación desde el viejo sentido común. Se necesita la ciencia y se necesita la ética”.
Elizalde recordó un pasaje del filme Memorias del Subdesarrollo, de Tomás Gutiérrez Alea, donde el personaje de Sergio conceptualiza esa realidad como “desconexión más pérdida de la memoria histórica”.
Por eso la periodista conminó a los presentes a conectarse y defender la memoria “para poder hacer frente a estos enormes laboratorios desconocidos, terribles pero que están perdiendo la batalla (…) porque la gente aprende que se les está manipulando y que los están matando”.
Para Rosa Miriam es transcendental entender estas lógicas para “incorporarlas a nuestros espacios y sobre todo en la televisión que sigue siendo en nuestros pueblos un medio importantísimo para poder llevar nuestras agendas, nuestros contenidos, nuestros valores”.
Sobre Dominio Cuba, Soledad Cruz ponderó la manera inteligente de ejercer la crítica y de alertar a los televidentes sobre la necesidad de asumir esos nuevos códigos.
El periodista Dayron Chang Arranz alertó sobre el valor simbólico de las herramientas digitales, sobre lo vital que resulta alfabetizarse en esa materia y contribuir a la formación de seres capaces de imponer criterios que se conviertan en tendencias.
Del debate trascendió que no se puede subestimar la comunicación desde el escenario digital. Por eso un grupo de asesores jubilados de la Televisión Cubana presentará el proyecto de un nuevo curso de Universidad para todos relacionado con los nuevos medios y las tecnologías digitales.