¿Qué vino después del estreno de la televisión?
(Aniversario 70 de la Televisión Cubana)
Por: Rafael Lam
Después del sonado estreno de la televisión comenzó una guerra por el monopolio que une a dos familias: a los hermanos Enrique y Gaspar Pumarejo Such y a los hermanos Luis Augusto, Abel y Goar Mestre Espinosa; y a dos monopolios transnacionales de la industria electrónica: La RCV Victor y la Dumont, apellidos que tuvieron los primeros equipos de estudio, controles remotos, trasmisores y los televisores que fueron inundando a todo el país.
El primer canal fue Unión Radio, dirigido por Gaspar Pumarejo. El 2 de enero de 1953 al teatro Warner (ahora Yara), le cambian el nombre por Radiocentro, en 23 y M, El Vedado. El edificio se convierte en un emblema de la difusión radial y televisiva en Cuba.
Era una carrera entre la Dumont, con quien Mestre tenía negocios, y la RCA que le enviaría los equipos a Pumarejo. Las conversaciones se celebraron, llegaron los equipos desmontados de un estudio en los Estados Unidos, o sea, de uso, y comenzó la carrera. ¿Quién saldría primero?
Fue Unión Radio Televisión, quien lanzó al aire la primera señal de televisión comercial en Cuba el 24 de octubre de 1950 por el Canal 4, una de las primeras en América. En 1957 cuando alrededor de 50 países tenían televisión, en Cuba ya contaba siete años de edad.
Lo primero por el Canal 4 fue una cajetilla de cigarros Competidora Gaditana con un jingle de Ñico Saquito, y la inauguración contó con el primer control remoto en TV desde el Palacio Presidencial, con las palabras del entonces Presidente de la República, Carlos Prío.
Por la noche se transmitió una gran fiesta en los jardines de la casa, a la cual asistieron estrellas mexicanas, como Pedro Almendáriz y cubanas como Carmen Montejo y Raquel Revuelta, y, por supuesto, Gaspar Pumarejo en primer plano, ya famoso como locutor de radio. El 18 de diciembre de ese mismo año salió al aire el Canal 6, de Goar Mestre, con un programa dramático de tensión escrito por Marcos Behmaras y protagonizado por Alejandro Lugo.
Los programas se copiaban en kinescopio y se llevaban de manera escalonada a las provincias, con una semana de diferencia. Algunas zonas no podían alcanzar los beneficios de las señales de la televisión.
La Televisión Cubana se convierte en una escuela continental, a la vanguardia de América Latina. Y Cuba se convierte en exportadora de ideas y tecnologías para la región. Ya en 1953 La Habana tiene tres canales de televisión: CMBF, emisora musical del circuito CMQ, ubicado en el propio Radiocentro y sus tragadores provienen del circuito CMQ.
El primer programa que registró la pantalla de CMQ fue un cuento inglés, adaptado para el medio por Marcos Behmaras y fue protagonizado por Alejandro Lugo y Ana Sainz. El narrador era Manolo Ortega.
Los espacios de variedades como los musicales, en no pocos casos se trasmitieron por control remoto desde el teatro Alkázar, en la calle Consulado y Virtudes, donde después estuvo el Teatro Musical de La Habana. El artífice de estas y otras hazañas tecnológicas era el habanero de 28 años Erick Kaupp Goedeckmeyer.
Se empezaron a ver figuras como Marujita Calvo, Enma Kramer y Emilita Diago. En la dirección musical estaba Alfredo Valdés-Brito y su hermano Julio, junto a un pianista llamado Mario Romeu González, hermano de Zenaida Romeu.
Presentaron excéntricos musicales como Gaby, Fofó y Miliki. Los dirigía Antonio Vázquez Gallo. Y Humberto Bravo comienzó el programa Jueves de moda. Y no podían faltar los controles remotos desde el Gran Estadio del Cerro.
Mirta Muñiz, una de las iniciadoras de la televisión con Gaspar Pumarejo revela que estuvieron un tiempo que no cobraron. Pumarejo se lanza a crear la Unión Radio casi sin dinero, sale adelantado por un problema de competencia. A su vez Erich Kaupp técnico montador, dice que trabajaban hasta 20 horas diarias.
Toman la cocina de la casa para un estudio en la propia residencia de Pumarejo en Mazón y San Miguel. Tiempo después ahí mismo sitúan el programa de Nitza Villapool Cocina al minuto.
Manolo Rifat llega desde Cienfuegos, un día se entera que se instalaba la televisión en la calle Mazón y San Miguel y con solamente 13 años se entera que en esa dirección había una planta de televisión, se quedó a hacer cualquier cosa y dormía en uno de los camiones, ayudaba en todo. Así se forjó la Televisión Cubana.
“Realmente la televisión -asegura Mirta Muñiz- nació con gran espíritu de trabajo, todos hacíamos de todo, sin importarnos cuánto se iba a pagar. En esos tiempos había una cosa muy linda, y era que todo el mundo se esforzaba para que las cosas salieran bien y estábamos en el lugar donde fuera necesario, sin protagonismo muchas veces, no cobrábamos por hacer algo. Era algo que tiene magia y como se dice hoy día: el vidrio fascina”.
FUENTE:
Josefa Bracero, Televisión, En Vivo, La Habana, 2012.
Carlos Bartolomé, Los musicales de la radio y la televisión en Cuba, En vivo, La Habana 2019.