Un ratico para pasarla bien con Jorge Luis Robaina
Por: Maya Quiroga
La pandemia de la Covid-19 ha marcado un nuevo orden para la industria musical a escala planetaria. En este año tan difícil, convulso y complejo las redes sociales han constituido un nuevo escenario que, utilizado con mucha inteligencia por parte de los artistas, ha propiciado el florecimiento de diversas expresiones culturales a disposición de una gran cantidad de públicos.
En opinión de Jorge Luis Robaina, director del grupo Karamba, esas “son variantes y modelos que han llegado para quedarse”. Así nació la idea de Un ratico con Jorgito, programa que sale al aire en vivo los miércoles desde el canal de YouTube de la agrupación.
Se trata de una propuesta novedosa y refrescante, contada a través de planos secuencias, donde han participado Pedrito Calvo, Waldo Mendoza, Will Campa, Enrique Álvarez y la Charanga Latina, Maykel Blanco, Qva Libre, Alain Daniel, entre otros. En ella los internautas pueden conocer acerca de los esfuerzos y sacrificios que, en su camino hacia el tan ansiado éxito, han realizado los invitados por el anfitrión del espacio.
“Realmente ha sido algo que flujó de modo orgánico. Me he montado en las referencias puramente que tengo de cómo se puede hacer un programa de este tipo. Creo que lo atinado es acercar el artista al público de la manera menos distante posible. Ahí está la esencia: sacar del artista el plano más humilde, el más terrenal, el más humano”.
¿Por qué lo titulaste “Un ratico con Jorgito”?
–Le llamé Un ratico con Jorgito porque justamente es eso. He comenzado con artistas con los cuales tengo una relación entrañable para buscar esa zona de confort, ese estado de comodidad en la plática y lo vamos consiguiendo. Además, fonéticamente, me sonaba atractivo, gracioso, simpático, llano, comercial. La gente conoce mi personaje artístico Jorgito Karamba. Ya perdí mis apellidos hace mucho rato.
La locución o conducción era una faceta que te interesaba cultivar. ¿Lo habías hecho antes o es la primera vez?
–En realidad la locución no había sido nunca algo en lo que pensé que pudiera incursionar. Me ha gustado siempre la ilustración, leer, cultivarme y eso parece que te facilita un poco la labor de presentador.
“Aunque tengo mis referentes no me he propuesto copiar o seguir una pauta de los entendidos, los más reconocidos en este ámbito. Voy fluyendo ahí. De momento estoy abierto a todo tipo de críticas, se lo pido a los amigos, a los conocidos, a la familia que me critiquen de manera fuerte para poder hacerlo mejor. La gente me ha dicho que no está mal, que les parece bien y sobre porque es un diálogo sincero”.
¿Qué características tiene el espacio?
–Lo hemos diseñado con tres secciones. Está la terraza donde comenzamos haciendo las preguntas de la primera etapa de la vida de cada artista. Dónde nació, dónde se crió, cómo fue su infancia, si se dedicó a otra cosa anteriormente, si de pequeño tenía claro que quería ser músico.
“Luego pasamos a la sección de la cocina donde nos tomamos un café o un vino o lo que se nos ocurra. Ahí se hacen las preguntas un poco más personales, más íntimas, las que pueden incluso tocar más a fondo al artista. De hecho se hace un trabajo de investigación previamente. El invitado se entera del cuestionario justo durante la entrevista para buscar ese resorte de sorpresa con una intención dramática. Se logra esa complicidad por el diseño de la sección.
“Después nos vamos a la descarga, donde nos relajamos mucho más. Ahí cantamos desde un formato más desenfadado. Vamos a ver qué se nos ocurre, lo hacemos y no es nada que estaba previsto, ni montado, es algo muy espontáneo”.
¿Cómo seleccionas a los entrevistados?
–No hay un criterio para escogerlos. Son muchos años de amistad. Comencé a hacerles las entrevistas a artistas muy entrañables. Me faltan muchos por supuesto. Está el que pueda por su agenda de trabajo, quien tenga ganas de ir, deseos, el cercano, el amigo. Es un programa muy inclusivo donde no hemos proyectado temporadas. Vamos a hacerlo hasta que nos apetezca y a la gente también le apetezca.
¿Consideras que ha sido buena la repercusión del programa?
–Los resultados todavía son incipientes. Nosotros tenemos pretensiones mucho más grandes. Siempre nos planteamos grandes proyectos y poder tener el mayor alcance posible, siendo optimistas, trabajadores, con anhelos, con ansias, con metas.
“De momento el programa está teniendo unas estadísticas que son sorprendentes para mi. Ya en el segundo tuvimos un alcance de 15 mil personas. Cuando faltaban ocho minutos para que terminara teníamos más de 6 mil reproducciones. Realmente para nosotros ha sido una sorpresa. Eso también está relacionado con los artistas que vamos invitando y con la dinámica del programa.
“Una gran parte del público que lo consume es cubano a pesar de los esfuerzos que hacen para que les alcancen los megas y estar conectados, porque no es un servicio barato, la gente invierte sus recursos de datos móviles para poder disfrutar la mayor parte del tiempo del programa. Eso para nosotros es muy gratificante.
“Igualmente tenemos seguidores en mercados trabajados por nosotros como España. Eso favorece mucho el tema de las estadísticas. Ya alcanzamos las 66 regiones en el mundo, el programa lo consumen internautas de 44 países, entre ellos de los Estados Unidos, Colombia, México, Perú, Chile, Argentina. Estamos muy contentos con los resultados”.
¿Existen perspectivas de llevarlo a la televisión tradicional?
–Hay canales de televisión que se han interesado en el formato del programa. Estamos en negociaciones con RTV Comercial y mi Empresa de Representaciones Artísticas MusiCuba de la Egrem. Estamos convencidos de que puede ser un proyecto muy a corto plazo.
Además del programa ¿qué más has hecho en las redes sociales?
–Nosotros nos hemos mantenido muy activos en redes sociales. Eso ha sido una estrategia prevista, planificada, estructurada, haciendo canciones, proponiéndole a la gente los nuevos temas, en muy pequeño formato (guitarra, voz), para ver si esos bocetos de canciones son funcionales.
“Fuimos de los pioneros, en materia de festivales online, con Ciudad del Mar, en Cienfuegos. Tuvo un impacto impresionante en las redes por los estados de opinión y los días de proyección. Eso nos tiene muy contentos”.
¿Cuánto de promotor cultural está presente en ti?
–Creo que todos los artistas en buena medida somos promotores culturales. Algunos más que otros. En estos años me ha salido el promotor por los eventos que hacemos y todos los festivales que ya son unos cuantos: Ciudad del Mar, Un puente hacia La Habana, Artemisa Mestiza. Aún se cuecen otros eventos aún más grandes y que van a ser retos para nosotros poderlos hacer.
“En todo eso está mi formación como maestro. Fui profesor del Pre-universitario y de la Universidad. Estudié Biología. El hecho de poder comunicarte te hace un poco promotor cultural. Mis inicios fueron de organizar peñas, encuentros con socios, con amigos, donde tocábamos la guitarra. Por ahí va la historia”.
¿Qué sucederá con esos eventos que organizas (Festival de Música Alternativa Fiesta Ciudad del Mar, Un puente hacia La Habana y Habana vive)?
–Habana vive pasa a ser nuestra estructura organizativa. Se convierte en nuestra Habana vive. Producciones y eventos. Si el escenario epidemiológico del país y del mundo nos lo permite nuestra pretensión es que en noviembre de 2021 podamos llevar a cabo un megaproyecto, pues he recibido los derechos para varios países de Latinoamérica, del conocidísimo y añejo Festival Mundial de San Remo Music Awards. Estamos en toda la parte organizativa y de negociaciones, conjuntamente con la Egrem.
Habías anunciado una nueva festividad que llevará por nombre Artemisa Mestiza. ¿Qué puedes adelantar al respecto?
–El año pasado hicimos una jornada de varios días en la provincia de Artemisa para empezar a proyectarlo. Este año ya venía la primera edición del festival y tuvimos que posponerla. Esperamos poderlo implementar en 2021. Ya está el concepto muy bien claro, muy bien definido. Es un espacio para mestizar, un festival de cultura donde estará presente todo nuestro sincretismo. Vamos a reforzar las tradiciones presentes en esa región y darles un empujón de buenas energías.
¿Retomarás el espacio habitual “La hora de la morocota”?
–La hora de la morocota era para un público heterogéneo de la tercera edad o pasado de los 50 años. Veía la alegría de la gente. Descubrí un nuevo nicho de personas que consumían mi música y con las que no había tenido la posibilidad de interactuar. Me encantaría retomar ese espacio, no solo en el Café Cantante del Teatro Nacional, sino hacerlo en cualquier sitio de la Egrem, justo para quienes, en ocasiones, no tienen el recurso para poder degustar un concierto ya sea nuestro o de otros artistas.