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Dirección de arte y animación: dos pasiones inseparables

Por: Maya Quiroga

Fotos: Cortesía del entrevistado

 

Desde que el director de arte Niels del Rosario culminó sus estudios de Diseño Escénico en la Universidad de las Artes (ISA) trató de darse a conocer en los medios de comunicación audiovisual de la Mayor de las Antillas y en especial, en el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).

 

Como no encontraba un campo fértil para la creación en el 2004 se acercó a los Estudios de Animación de la Televisión Cubana (TVC). Allí se fascinó con el departamento de marionetas dónde podría diseñar la escenografía y la utilería de la serie científica El profesor y de otros programas que se estaban produciendo en aquellos momentos.

 

“Me presenté y le expliqué mis intereses al realizador David Jaime, a quien le debemos que la técnica del stop motion no haya desaparecido porque somos muy pocos los que hacemos esto ahora mismo en el ICRT.

 

“Entré en la serie El profesor a construir los fondos y la escenografía a escala. Lo que vemos hoy en pantalla lo diseñé y construí yo mismo. En los Estudios aprendí a animar y Rubén Vázquez (su director por un tiempo) me preguntó sobre mis intereses. Nos sentamos a conversar y así nació El escaparate de Patricia. Pensé esta serie para un personaje, un compinche y una sola locación porque el stop motion demanda mucho espacio y el uso de tecnologías como las luces y las cámaras. Es hacer cine a una pequeña escala”.

Maqueta de El escaparate de Patrcia
Maqueta de El escaparate de Patricia

Debido a la situación energética que afrontaba el país los Estudios de Animación del ICRT permanecieron cerrados por espacio de siete años y gran parte de las construcciones de madera realizadas para El escaparate de Patricia se echaron a perder. Niels tuvo que renunciar a la animación en stop motion, el hobby que disfruta cual si fuera otra vez un niño.

 

Su labor como director de arte

 

Para él, la dirección de arte es algo mucho más serio. Bajo la guía de esta especialidad se engloban otras como el diseño escenográfico, el diseño de ambientación, el diseño de vestuario, el diseño de maquillaje y peluquería, así como el diseño gráfico (ambiental e informacional), pero todos tienen que regirse por una línea estética que trazan esos profesionales, en estrecha colaboración con el equipo de dirección de un proyecto audiovisual.

 

La más reciente obra de Niels que disfrutamos en pantalla fue la segunda temporada de Lucha contra bandidos (L.C.B.) 2 La otra guerra que se desarrolló en la Ciénaga de Zapata, provincia de Matanzas.

 

Lucha contra bandidos (2da Temporada)
Lucha contra bandidos (2da Temporada)

“Contamos con la dirección de Roly Peña y Miguel Sosa, la fotografía de Alexander Escobar y la producción de Tony Angulo. La verdad que hicimos un equipo espectacular. Tuvimos que adaptarnos a filmar en el campo y a las dificultades que eso trae consigo porque uno piensa que las cosas van a ser de una manera y cuando llegas al rodaje son de otra. Entonces tienes que reconstruir y no perder el hilo de lo que se quiere hacer”.

 

 

En el mes de diciembre terminó la filmación de una película independiente que se llama Cuarentena, con dirección de Alfredo Ureta, el realizador del videoclip de Mi casa.cu, tema de la autoría de Tony Ávila.

 

“Como ves el video tiene la maqueta de una casa porque ese es el fuerte de nosotros. Ureta y yo nos conocimos con ese videoclip y a partir de ahí he trabajado todo con él. Entre noviembre y diciembre hice la dirección de arte del telefilme La muerte de un funcionario público, dirigido por Pepe Cabrera, que ya se terminó de editar. Tiene 25 minutos y está basado en un cuento de Antón Chéjov, adaptado a la Cuba de los años 55 ó 56”.

 

Otra faceta de su vida que disfruta también es la de ser profesor en el ISA. Niels es el jefe de Departamento de Diseño Escénico e imparte clases a los estudiantes de cuarto año. Desde su punto de vista esa espacialidad constituye una base fundamental para la visualidad en el cine y es muy importante no sólo para los actores sino también para los dramaturgos y diseñadores que se dedican al mundo del teatro.

 

Aunque desde la década del treinta del siglo veinte existe la figura del productor de arte en los Estados Unidos, Francia e Inglaterra, no es hasta bien entrada la década de los 90 cuando se empieza a contemplar en la cinematografía nacional y la TVC.

 

Lo cierto es que en Cuba no existe una escuela donde se forman esos especialistas que, por lo general, son arquitectos o escenógrafos con experiencia en el diseño integral, diseño de luces y vestuario. Bien lo sabe quien tuvo como profesor en el ISA al renombrado diseñador escenográfico Raúl Oliva.

 

“Fue mi maestro y a él le debo haber descubierto el cine. Todo empezó cuando estaba trabajando como director de arte en Operación Fangio (1999). Un día me invita a la grabación en el malecón de escenas de la carrera de Juan Manuel Fangio en la Habana. La película es un pretexto para hablar del movimiento revolucionario cubano de los años 50. Fui al rodaje y me sorprendí. Luego vi su obra en Entre ciclones (2003), comedia dirigida por el realizador cubano Enrique Colina”.

 

En opinión de Niels ha demorado en entenderse que el director de arte es tan importante como el productor de una película.

 

“Hoy se le llama diseñador de producción porque las construcciones de los espacios son diseñadas y predeterminadas por un director de arte que tiene una idea muy clara de los conceptos, la historia del arte, las épocas y estilos. Tal es así que en la actualidad cuando se va a graficar la estructura de producción de una película existe una tríada que encabezan el productor, el fotógrafo y el director de arte. En las manos de ellos tres está el resultado artístico de una obra.

 

“De alguna manera, en el cine capitalista la relación entre el director de arte y el productor es muy cercana porque este último es quien controla los gastos de la película en términos de diseño visual. Se sabe que el director va a firmar con sus actores y el fotógrafo va a hacer su fotografía, con sus movimientos de cámara e iluminación.

 

“Han ido cambiando las cosas: antes los colores los decidía el fotógrafo porque era quien conocía cómo iban a modificarse a la hora de revelar la película. Ahora el que determina el color es el director de arte y la tonalidad, si es más clara o más oscura, lo hace el fotógrafo. De manera que yo propongo una paleta de colores para escenografía, vestuario y maquillaje y después viene el fotógrafo y determina la temperatura de ese color”.

 

En los últimos años solamente las producciones dramatizadas y algunos musicales producidos por RTV Comercial han contratado los servicios de los directores de arte. Todavía no se tiene en cuenta que son ellos los encargados de unificar –a partir de determinados códigos–, el trabajo de escenógrafos, ambientadores, montadores, diseñadores de vestuario, costureras, maquillistas, peluqueros y atrezzistas.

 

“Ese espacio lo hemos ido ganando con la creación del Registro del Creador Audiovisual y Cinematográfico, pero aún queda mucho camino por transitar”, concluye Del Rosario.

 

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