Maikel Chávez: su visión más allá de la actuación y la dramaturgia.
“Me gusta siempre imponerme
nuevos derroteros y nuevas metas.
Eso para mí es esencial”.
Por: Orsanhec Plaza Lara
Fotos: Cortesía del entrevistado
Maikel Chávez García (1983) nació en Caibarién, Villa Clara. Es un joven dramaturgo, actor, escritor y locutor cubano que se ha ganado el respeto de los públicos amantes del teatro y la narrativa.
Él ha sabido defender con versatilidad su carrera. Es creador de historias para niños, jóvenes y adultos. Su representación teatral va más allá que una “simple representación”, lograr sus metas y crecerse cada día, lo hace ser esa persona especial llena de sentimientos y emociones, para un público agradecido de sus creaciones. Es miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Asociación Hermanos Saíz. En entrevista exclusiva para Cubanow, compartimos cuán difícil es el trabajo actoral cuando convergen todas las especialidades en el mundo de Maikel Chávez.
Con la obra “Con ropa de domingo” te iniciaste desde muy joven. ¿Cuánto ha crecido Maikel Chávez hasta nuestros días?
Comencé a escribir en el teatro por el año 2002 donde comienzo la escritura de la obra “Con ropa de domingo”, fue casi por accidente porque el dramaturgo del grupo en ese momento era Norge Espinosa, pero no podía hacer la obra y yo con ese desenfado y espíritu casi infantil, juvenil y arriesgado que tengo, la asumí. Me comprometí a iniciar la escritura “Con ropa de domingo”. Tuve que estudiar patrones dramatúrgicos que ya tenía el grupo para donde se estaba produciendo y replantearme muchísimas cosas. Yo escribía con anterioridad guiones para un programa dramatizado de radio Caibarién “La ronda del abuelo Pepe”, primer programa infantil que había en ese momento.
De la fecha a la actualidad Maikel Chávez ha crecido mucho, sobre todo porque está intrínseco en mi personalidad y el estar todo el tiempo replanteando los procesos creativos a favor del crecimiento.
Maikel Chávez estudió la especialidad de teatrología en el Instituto Superior de Arte impulsado por el maestro Freddy Artiles.
“Estudié teatrología para comprender el fenómeno del arte, o sea, de lo que hago como escritor, como actor, como director. Lo hice para estudiarlo desde una posición más analítica y así adquirir nuevas herramientas. Me gusta ir en busca del público, de lo que quiere, del niño de aquí y de ahora, de su sistema de pensamiento y de las muchas cosas que hay que decirle. Yo creo que el teatro es un acto vivo, un intercambio de energías inmediato que lleva, por supuesto, una responsabilidad para el dramaturgo que creará un discurso a ese niño, aportándole una serie de valores con los que va a crecer. De esta forma, la obra se va a convertir en un patrón dónde el niño se divierta, a la vez que aprende cosas esenciales de la vida.
¿Cómo te retroalimentas de todas estas profesiones y logras esa versatilidad como actor, escritor, doblaje de voces, dramaturgo…?
Soy un enamorado de toda mi profesión. De todo cuanto hago, ya sea la actuación, la escritura, la dirección, o cuando estoy escribiendo alguna obra para niños o para adultos, un guion para la radio, un cuento… o pensando en cómo van a hablar los dibujos animados a los que les hago la voz, o cuando estoy enfrascado en un proyecto que tiene que ver con libros interactivos ideando cómo vamos a crear pasatiempos, en fin…, yo vivo enamorado de cada una de las cosas que hago y creo que cada una de estas se conectan.
Por ejemplo, cuando escribo dramaturgia para el teatro, a la vez estoy pensando en que ese texto que subirá a escena para actuar mi propia obra, no funciona en boca de un actor, entonces ahí ya Michael Chávez no está pensando como escritor, sino como actor. Está pensando en la efectividad de la escena, en el discurso inmediato con el espectador.
Otro ejemplo, es cuando estoy dirigiendo a los actores en la radio, ahí estoy pensando en la efectividad de la inmediatez y cómo actuarla. Entonces recurro a mis estudios teatrológicos y reviso en Stanislavski[1] “El método de actuación” y apelo al sí mágico[2].
Pienso que soy el resultado de un muchacho que se divierte a mares con lo que hace. Disfruto mucho lo que hago en el arte y siempre trato de buscar interconexiones entre la escritura, la dirección, la actuación, la puesta de voz; para que ese ser que es Maikel Chávez sea también el mismo creador, el mismo escritor, el mismo actor, el mismo director; y así estar en constante creación.
El artista está vivo en la manera en que constantemente se está poniendo derroteros y se está imponiendo nuevos discursos y caminos. Porque si todo lo que haces se mueve en tu zona de confort, no hay crecimiento. No siempre nos salen bien los proyectos; a veces estamos llenos de aciertos y lunares porque hay algunos que fallan, pero incluso, en ese error hay un aprendizaje. Yo creo que el artista lo que tiene que hacer es aprender y superarse cada día. En esencia me siento súper orgulloso de ser un artista cubano en la Cuba de aquí y ahora.
¿Qué tanto deseas que dure la realidad del teatro cuándo actúas?
La realidad es muy rica en matices y a la vez es extravagante y divertida; pero esa misma realidad se burla de los seres humanos. La realidad depende de uno. Yo siempre he estado en contra de esa afirmación de que el teatro es un reflejo de esta. El teatro es una realidad que yo estoy construyendo a partir de mi inserción en la sociedad, y reacciono a partir de mis emociones en la vida cotidiana. Mis obras son eso, una realidad recreada desde mi visión. Es ese tiempo teatral en el que convido a los espectadores a ver la obra de teatro. Para mí es fabuloso porque ahí dialogan con mi manera de ver el mundo, con mis ideales, con lo que yo quisiera que fuese transformado o no y ese es el tiempo teatral que me encantaría que durara, pero sólo en esa representación.
¿Cómo escogerías tu público ideal?
El público para mí es un monstruo de mil ojos. Nunca vamos a saber qué es lo que realmente quiere. Cada persona ve el mundo de una manera distinta. Hay puntos en los que nos conectamos porque es evidente que formamos parte de una sociedad y hay cosas que compartimos. Siempre insisto en que la recepción depende de una persona que va a reaccionar con tu obra desde su universo… ¿qué es lo que le atrae, lo que teme, en lo que cree y lo que ama? Entonces el actor se va a enfrentar a esa masa enorme de gente que van a estar allí para juzgar, porque el público siempre va a juzgar tu obra, va a exigir con todo el derecho del mundo. Él irá en busca de un producto que le guste, y entonces tú, tienes que complacer a ese monstruo de mil ojos para que se establezcan puentes de comunicación entre la escena y el público. Este siempre será un misterio y nos tendrá pendiente de cuál obra nueva vamos a escribir y qué nuevos mecanismos vamos a utilizar para el discurso. Es tan cambiante como la sociedad misma.
¿Cómo te asesoras cuando escribes o trabajas para niños, o piensas en lo que les pueda o no gustar?
Escribir para niños es dificilísimo, el niño es el público más exigente de todos. Tienes que ponerte a su altura y su altura es muy grande. Yo creo que los adultos vamos perdiendo esos elementos de la infancia que son tan grandes, donde creíamos que podíamos comernos el mundo, donde el mundo cabía en un bolsillo, donde todo se veía muy fácil.
Yo siempre busco asesoría por varias ramas, sobre todo en la parte psicológica para tener pautas en los personajes que quiero abordar. También me asesoro en la literatura, como referencia que se conecte con la escritura que estoy haciendo, para no pecar de ingenuo. Esto conlleva un proceso investigativo bastante fuerte y riguroso. Soy como una especie de pedagogo sin que la obra sea didáctica, pero sí desde su creación en ese universo en el que el niño va a creer ciegamente, porque le estas inculcando valores y tomas de decisiones para la vida. El escritor de teatro, de literatura y todo lo que sea para niños tiene una responsabilidad muy seria con su profesión. Es bastante complicado.
Tienes escrito un libro para niños que habla de la muerte. ¿Por qué este tema?
“El Extraño sueño de Navi” es un libro que habla justamente de la muerte y la protagonista es una perrita China que muere al final de la historia. El protagonista tiene que saber enfrentar esta realidad y seguir adelante.
Este tema lo trato porque yo creo que a los niños hay que hablarle con total transparencia, prepararlos para el dolor que también existe en la vida. Y en la medida en que los preparemos, lo ayudamos a ser resilientes, superar ese dolor, erradicarlo y seguir adelante. Hay un libro que a mí me marcó mucho, que son los “Cuentos de Guanes” de la poetisa y narradora cubana Nersys Felipe, porque está escrito desde el dolor y la pérdida del abuelo de los protagonistas, y cómo revisitan ese pueblito en Guanes en el que ya no va a estar el abuelo para los cuentos y aventuras, pero sigue el pueblito y otros miembros de la familia.
Es un libro renovador y arriesgado en el que se aborda por primera vez, de una manera directa y estilizada, este tema de la muerte. Yo creo que hay que preparar a los niños no solo para la alegría, sino para el dolor también, porque somos víctimas de eso constantemente. En la vida cotidiana estamos muy alegres, pero a veces viene la tristeza; ocurren cosas que no queremos que pasen, pero pasan, y yo creo que ahí está la responsabilidad que tenemos como actores. Cómo construirle al niño ese discurso atractivo y educativo a la vez. Una educación desde el arte, no desde el didactismo inmediato y facilista. Sino crear ese estado de gracia donde el niño va a comprender la temática desde el disfrute de la lectura y la imaginación de esos mundos extraordinarios que uno crea en la literatura. Ya no estamos ante un niño como los años 40-50 donde había otra manera de proyectarse. El niño de ahora tiene a su alcance otro nivel de reflexión y de acercamiento a tecnologías que no teníamos años atrás”.
Maikel Chávez posee un amplio repertorio de libros. El actor y dramaturgo también ha dirigido diversos programas dramatizados en radio Progreso, radio Arte, Habana Radio, radio Caibarién… Ha sido galardonado con el premio José Jacinto Milanés, premio Villanueva de la Crítica, premios de dramaturgia “Dora Alonso”, premio Caricato, mención del premio Internacional Casa-Teatro de República Dominicana, premio Adolfo Llauradó, entre muchos otros.
Próximamente estará al alcance de los lectores su antología “Ocho historias para un domingo” en la que trabajó con Rubén Darío Salazar, Premio Nacional de Teatro 2020. “Es la compilación de mis obras de teatro para niños”, puntualiza. Bien merecida su carrera, premios concedidos y los que están por llegar. ¡¡¡Felicidades!!!
“No creo que por los problemas actuales dejemos de construir arte. Esa es nuestra realidad”.
[1] Konstantin Stanislavsky: Actor, director escénico y pedagogo teatral ruso. Creador del método interpretativo Stanislavsky el “Sí mágico”.
[2] Sí mágico: Consiste en aceptar las circunstancias dadas de su personaje: edad, situación, contexto, hora y día que provienen del texto. El aceptarlas es el principio de vivirlas.
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