Mercy Ruíz: Alfabetizadora Popular
Por: Valia Valdés
Mercy Ruíz se inscribió como alfabetizadora, pero no pudo partir junto a sus compañeros. Con solo 13 años y siendo la hija mayor, tuvo que enfrentar el delicado estado de salud de su madre. A pesar de ello fue alfabetizadora popular en la capital y logró enseñar a leer y escribir a dos mujeres: Alfreda Lobato y Rita Tamayo.
¿Cómo fue su experiencia con Rita?
Fue estremecedor lo que viví junto a ella, le impartía una clase cuando un militar llegó con la noticia de la muerte de su único hijo.Tuve que auxiliarla en ese momento, cuidé a sus nietos y me convertí en una más de la familia, apoyándola en aquellas difíciles circunstancias.
¿Esos sucesos la ayudaron a madurar?
Nosotros no teníamos una conciencia clara de la dimensión de la campaña. Y sí, creo que nos ayudó a madurar. En mi casa siempre hubo actividad revolucionaria pues mi papá fue miembro del PSP y apoyó el Movimiento 26 de julio y yo crecí participando en todas las tareas de la Revolución.
¿Cómo continuó su vida?
A los 16 años empecé a trabajar en la Editora Política como correctora de pruebas tipográficas, al mismo tiempo que estudiaba. Estando embarazada participé en la edición de la impresión del Diario del Che en Bolivia, tuve a mi hijo y aunque no pude terminar la carrera de Lengua y Literatura Hispánica, me gradué de la licenciatura en Historia. En 1967 integré el Instituto Cubano del Libro que fundó Fidel con el propósito de aunar a las editoriales del país que se encontraban dispersas y ocupé diferentes responsabilidades como redactora, editora, redactora jefe, directora editorial y vicepresidenta de ese Instituto. Asumí la dirección de Ediciones UNEAC y junto al magnífico editor Pablo Pacheco, mi jefe y amigo, comienzo en el ICAIC.
¿Cuánto hace que dirige Ediciones ICAIC?
Hace 16 años. Ediciones ICAIC fue creada por Alfredo Guevara, quien también gestó la revista Cine Cubano,el Movimiento de la Nueva Trova y de la Cartelística.
¿Qué proyección ha tratado de imprimirle a la editorial?
Siempre he dicho que un buen editor no es solamente el que hace correcciones a un original, es un creador que se vincula al movimiento intelectual y promueve sus ideas. Por esa razón he tratado, acompañada de compañeros valiosos, de aumentar el número de libros publicados. Este año dimos a conocer seis nuevos libros en papel, dos de ellos motivados por el 60 aniversario de Palabras a los Intelectuales: ”Aquel verano del 61,Reflexiones sobre las palabras de Fidel a los intelectuales”, coordinado por Senel Paz y otro que gestamos en la editorial,compuesto por once ensayos y que se titula: ”Guerra culta”. Además, salieron de imprenta: “Cien años de cine en Cuba” de Ambrosio Fornet,”El cine tiende sus redes” escrito por Alberto Lezcano, “Cuando el béisbol se parece al cine”,texto de Norberto Codina y “La historia en un sobre amarillo. El cine en Cuba(1948-1964)”,en el que Iván Giroud reune documentos inéditos de Alfredo Guevara sobre temas cinematográficos, realizado en colaboración con la editorial Nuevo Cine Latinoamericano.
José Antonio Baujin y usted escribieron “Con un himno en la garganta”, ¿cuál es el tema de ese libro?
La idea del mismo gira en torno a la relación entre el filme “Inocencia” y el hecho histórico del fusilamiento de los estudiantes de medicina, hicimos su lanzamiento el pasado 27 de noviembre en el Sábado del Libro.
¿Puede mencionar los últimos empeños de Ediciones ICAIC?
En el recientemente inaugurado Centro Fidel Castro, presentamos el libro “Estela” como homenaje a la cineasta Estela Bravo. Las coordinadoras fuimos Olga Teresa Perez y yo, contando con el apoyo de las Fuerzas Armadas. En esa publicación logramos aunar valiosos testimonios de personalidades cubanas y extranjeras, acompañados de significativas fotografías. Este año también hicimos un fortísimo trabajo con los ebooks pues publicamos quince de ellos y diez audiolibros. A pesar de las dificultades del país realizamos varias presentaciones, en el Festival de Cine de La Habana y otros eventos. Para el próximo año continuaremos acrecentando las ediciones digitales y otras propuestas en papel ,entre ellas: “Tercer mundo,tercera guerra mundial” de Lola Calviño,un libro que abordará el pensamiento y la obra del Premio Nacional de Cine Julio García Espinosa, la re-edición de “Sexo de cine” de Alberto Garrandés y “Nadie es perfecto” de Rufo Caballero.
En el 2020 usted recibió el Premio Nacional de Edición. ¿En qué medida se siente gratificada con ese otorgamiento?
Creo que es una oportunidad para ponderar la actividad de los buenos editores pues son el vínculo directo con el autor en cuanto a contenido y forma. El editor debe sostener una relación creativa con los diseñadores, la poligrafía y el mundo artístico, debe ser un hacedor de ideas y proyectos, sin descuidar el trabajo político y tomando en cuenta de manera constante ,el impacto y aceptación de la obra.
Sugerencia de la autora- Dolores Calviño: Dios no está en todas partes
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