Grandes del periodismo audiovisual en Cuba
Por: José Dos Santos
Fotos: Cortesía del autor.
Momentos para el recuerdo y el homenaje cuando llega la Jornada de la Prensa Cubana a inicios de marzo, cuya culminación, el día 14, se hace coincidir con la de la fundación del Periódico Patria por José Martí, hace hoy 130 años.
Y entre los imprescindibles a honrar hay un grupo que ha recibido la máxima distinción de la Unión de Periodistas de Cuba, el Premio Nacional José martí por la Obra de la Vida, que pertenece al sector audiovisual, encabezado por el primero de ellos, otorgado en 1991: Santiago Álvarez.
El creador del mítico Noticiero ICAIC Latinoamericano, paradigma del periodismo fílmico internacional, supo engarzar los acontecimientos de impacto con la mirada profunda del acontecer en armonía con una forma, una estética, tan revolucionaria como sus contenidos, apoyando con la música un discurso fílmico que estableció un antes y un después a imitar. Y que aún tiene pendiente su continuidad.
A este segmento de distinguidos con el prestigioso galardón pertenecen también el cienfueguero Omar George Carpi, puntal durante muchos años del telecentro de su provincia y de la televisión nacional, e Irma Cáceres Pérez, iniciada en el periodismo de la agencia Prensa Latina y asumida después por la televisión en distintas facetas, desde reportera y analista a directiva y profesora.
Más cercano en el tiempo, en 2015, Antonio Gómez Delgado, mejor conocido como El Loquillo, fue seleccionado para este bien reconocido galardón, con una extensa hoja de servicios que no cesa de crecer. Al menos, quien escribe, lo vio incursionar entre piernas de dirigentes sandinistas para atrapar imágenes exclusivas de la llegada de Juan Pablo II a Managua, en el pasado siglo, o filmar deportes de todo tipo en los Centroamericanos de Veracruz.
Otros dos notables camarógrafos, Tomás Oliveros Estrada y Roberto Chile Pérez, fueron reconocidos con la Orden José Martí en años recientes, con lo que el sector audiovisual ratifica su valía en el periodismo cubano de mayor trascendencia.
Pienso, no obstante, en otros que podrían haberlos acompañado, como son los casos de Iván Nápoles y Derbis Pastor, los camarógrafos de lujo con que contó Santiago Álvarez para sus legendarios reportajes. Valgan estas líneas como humilde homenaje pendiente desde las filas del periodismo.
Hay mucho campo por el que transitar si se tiene en cuenta que el audiovisual es el tipo de periodismo que más consumimos a diario, ya sea por medio de informativos en televisión como en otros soportes contemporáneos.
Como plantean, este tipo de periodismo tuvo sus inicios gracias a la llegada del sonido y el cine documental. Los profesionales que se dedican a este periodismo son personas capacitadas para redactar guiones, producir el contenido y dirigir reportajes y/o programas televisivos con enfoque periodístico, algo sumamente complejo.
Los consejos que se brindan para ejercerlo son válidos para otros profesionales, como la constante investigación y evaluación de hechos de interés, preparación objetiva de notas periodísticas desde su estructura y elaboración hasta su difusión.
Algo de mucha actualidad es el consejo de mantenerse a la vanguardia sobre los medios de comunicación preferidos por la audiencia para poder hacer llegar la noticia de manera multimedia y por diferentes canales de comunicación, con el fin de informar a la mayor parte de personas en la sociedad.
Todo ello le da gran realce a los ya premiados e indica el camino para que nuevos galardonados con el honroso nombre del Apóstol se sumen en los años venideros. El país y sus públicos lo necesitan.
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