Turismo cinematográfico en los meses de verano
Por: Berta Carricarte
Bajo el rubro “Festival de Cine del Verano” el ICAIC pone a disposición de los habaneros una amplia programación atractiva, instructiva y entretenida durante julio y agosto.
Sobre autos, magnates y mafiosos
El cine Yara, por ejemplo, ofrece el estreno de Sin movimientos bruscos (Steven Soddergergh, 2021). Seguido y aupado por fieles admiradores, Soderbergh, no pudo haber tenido mejor debut cinematográfico al ganar la Palma de Oro en Cannes con ese brillante filme que es Sex, Lies and Videotape (1989). Productor, guionista, director de fotografía, editor y director de cine, Soderbergh también obtuvo un Oscar en 2000 por Trafic. Ahora se presenta con esta película (No Sudden Move, su título en inglés) cuya trama se desarrolla en Detroit, la ciudad más importante del estado de Michigan, conocida como Motor City porque a principios del siglo XX se convirtió en la capital automotriz del mundo.
En 1954, grandes empresas de autos, se pusieron de acuerdo para impedir que se añadiera un convertidor catalítico en la fabricación de carros. La nueva tecnología tenía por objetivo reducir la contaminación ambiental provocada por los vehículos. No obstante, implicaba un gasto adicional que los magnates del automovilismo no estaban dispuestos a asumir. Sin movimientos bruscos nos cuenta cómo el gánster y ex presidiario Curt Goynes (Don Cheadle) y otro matón, Ronald Russo (Benicio del Toro), han sido contratados por un personaje misterioso con pésimas intenciones.
El motivo traición repercute por toda la trama. Avanza sobre los habituales rieles del cine de intriga, crimen y suspenso. Un par de muertos, un pliego invaluable que termina partido en dos mitades, la mujer fatal (tema con variaciones) e infidelidades por doquier. Lo mejor del filme es la actuación de estos dos veteranos, Cheadle y del Toro, cuya decadencia física es inversamente proporcional a su desempeño histriónico.
Tom Hanks y Meryl Streep en Los archivos del Pentágono
Por su parte la sala Chaplin acoge el ciclo “Basado en hechos reales”, que presentará, entre otras, la película Los archivos del Pentágono (2017) producida y dirigida por Steven Spielberg. Mezcla de suspenso, drama, cine histórico y biográfico la cinta narra las tribulaciones que enfrentan los periodistas Kay Graham (Meryl Streep) y Ben Bradlee (Tom Hanks), del diario Washington Post, cuando se involucran en la revelación de asuntos comprometedores del gobierno estadounidense, con relación a la guerra de Viet Nam. Al apoyar a sus colegas de The New York times, a quienes se les ha prohibido hacer públicos los documentos indiscretos, los periodistas defienden la libertad de expresión, asunto muy manipulado en la sociedad norteamericana; pero que, sin dudas, constituye uno de los pilares básicos de su democracia.
Es obvio que Spielberg apostó por dos estrellas infalibles para los roles protagónicos. Meryl Streep y Tom Hanks serían el gancho perfecto que, dentro del sistema de estrellas o star system, garantizarían un triunfo en taquilla. No obstante, el resto del elenco no se queda atrás. El realizador de Tiburón, Indiana Jones, E.T., el extraterrestre, El color púrpura, La lista Schindler, y tantos otros paradigmas resultantes de la gran maquinaria del cine estadounidense, regresa con un tema que le permitirá reinyectar municiones a su concepto a ratos sensiblero, grandilocuente y chovinista del espectáculo cinematográfico.
El mauritano en la Base Naval de Guantánamo
Dentro del mismo ciclo podremos ver El mauritano (2021), cuyo tema se refiere a una etapa de la vida de Mohamedou Ould Slahi, quien estuvo 14 años detenido en la Base Naval de Guantánamo, sin haber sido legalmente inculpado ni procesado. Su cierto nivel de implicación con grupos entrenados en campamentos de Al-Qaeda, su parentesco con uno de los asesores de Osama Bin Laden y un par de coincidencias más lo convirtieron en sospechoso de interés.
Después del atentado a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, fue detenido, trasladado a una prisión en Jordania y finalmente recluido en Guantánamo donde sufrió torturas y vejámenes. Allí escribió sus memorias Diario de Guantánamo, que se convirtió en best-seller y dio lugar la versión cinematográfica dirigida por Kevin Mcdonald. Los protagónicos fueron asumidos por Tahar Rahim y Jodie Foster, acompañados por Shailene Woodley y Benedict Cumberbatch (El poder del perro).
Un western a la medida de Jane Campion
A propósito de Cumberbatch, el cine Acapulco exhibirá El poder del perro, cinta coproducida entre Nueva Zelanda, Australia, Reino Unido y Canadá. Obra de elevados quilates, parsimoniosa en la superficie y encrespada en lo profundo, ha sido registrada como un drama del género western, aun cuando no fue rodada en los paisajes inicialmente descritos en la novela homónima del estadounidense Thomas Savage, publicada en 1967 y en la que se basa el argumento cinematográfico.
Sugerencia de lectura: “El poder del perro”. Polainas en el closet
La veterana Jane Campion (El piano, 1993) escoge esta atrevida novela de Savage, que no intenta discursar sobre el escarmiento ni la frívola vendetta; sino que desnuda aquellos vericuetos de la condición humana que convierten a una persona en criminal, más allá de que el fin justifique los medios. Dos hermanos, Phil (Benedict Cumberbatch) y George (Jesse Plemons), pondrán en tensión sus vidas a partir de la presencia de terceros: Rose Gordon, esposa de George (Kirsten Dunst), y Peter, el hijo de Rose (Kodi Smit-McPhee). Impresionante despliegue actoral, prodigiosa historia, refinada puesta en escena.
Murakami regresa a la pantalla
Mientras, en la Sala 1 del Multicine Infanta, podremos disfrutar de Drive My Car (Ryûsuke Hamaguchi, Japón, 2021) galardonada con el Premios Oscar a la Mejor película en lengua no inglesa. Se trata de un argumento basado en un relato corto de Haruki Murakami, escritor de fuerte impacto en la cultura japonesa y quizás el más reconocido internacionalmente en los últimos años. Su novela Tokio blues, había sido llevada al cine en 2010 por el realizador de origen vietnamita Anh Hung. El suicidio, la soledad y las distopías retrofuturistas nutren el universo narrativo de Murakami, cuyo núcleo lo constituye la crisis imperante en las relaciones humanas.
Algunos de estos ingredientes están atizados en Drive my car, a la manera pausada y filosófica conque suelen asumir el drama los más sofisticados realizadores nipones de todas las épocas. Lo más interesante del filme son los inesperados giros de la trama, así como el diálogo que sostiene con la dimensión cosmopolita de la tragedia existencial, a través de cita intertextual de obras teatrales como Esperando a Godot del dramaturgo irlandés Samuel Becketty, y Tío Vania, del inmortal Antón Chéjov.
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