Iván Nápoles: por el ojo del Icaic
Por: Rafael Lam
Iván Nápoles, un camarógrafo que, en cierta medida, con su cámara, fue como un ojo del Icaic. La Uneac lo cataloga como “un referente obligado cuando se habla de buen cine. No podría escribirse la historia del nuevo cine de la isla”, expresó en Twitter la cuenta oficial del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (Icaic). Figura emblemática dentro de la documentalística por su talento, técnica y sensibilidad artística se unían en este artista del lente.
En su fallecimiento, el camarógrafo se encontraba en los días de su natalicio 90; había venido al mundo en el pueblo de Santiago de las Vegas, en una etapa dura del llamado Machadato, del presidente Gerardo Machado.
Un coterráneo de Iván el musicógrafo Helio Orovio me lo presentó en la Upec y en una mesa de la cafetería, tomando “chákata” (té con ron) se hablaron muchas cosas de la vida de este camarógrafo con una historia. Además de este contacto inicial, tuve la oportunidad de volverlo a entrevistar en diversos momentos en que lo encontraba por la Uneac.
–Iván por qué no me hablas de algunos de tus más queridos trabajos como camarógrafo?
-Yo tengo muchos trabajos, eso es difícil, son inolvidables y muy emocionantes la experiencia inicial, en 1963 con el documental Ciclón con la dirección de Santiago Álvarez y esa visita recordada de Fidel en la URSS. Después llegan aquella epopeya de los vietnamitas en 1965 Hanoi Martes 13, siempre junto a Santiago Álvarez. Y bueno, todo el recorrido por distintos países, al igual que los muchos momentos memorables cerca de Fidel.
–¿Hábleme de sus inicios?
– Comencé en 1960 como asistente de cámara, tuve participación como parte del equipo técnico del largometraje Cuba Baila y en el documental Historia de un Ballet. Yo antes había realizado estudios en una escuela técnica industrial. Ya en los inicios del Noticiero ICAIC Latinoamericano, reportó todos los noticieros nacionales e internacionales, con frecuencia semanal que se proyectaba en las salas de cine cubanas.
–¿Contaste los noticieros hechos?
–Más de mil noticieros en unas tres décadas, ahí están esos trabajos de Santiago Álvarez que hicieron historia: Ciclón (1963), Hanoi, Martes 13 (1965) y 79 Primaveras (1969), de Santiago Álvarez.
-¿Cómo era el trabajo conceptual de Santiago Álvarez?
–Santiago tenía luz natural, no era un profesional de estudio; pero había hecho de todo en este mundo difícil. Era muy intenso, dejaba de dormir hasta dos días de cada semana, durante años. Todo era de corre corre. Cuando aquello Santiago sólo tenía 40 años y yo 29. Siempre le decía a la prensa: “Yo informo de acontecimientos a partir de ideas que tengo sobre esos acontecimientos”.
Aquello era una escuela de cineastas y demás realizadores. Por el Noticiero pasaron más de veinte realizadores y técnicos. Los noticieros eran noticias pero con un carácter de permanencia, no envejecen. Se hicieron 1 500 noticieros.
-¿Cuál era el secreto?
-Santiago decía que el secreto estaba en el montaje de la imagen y el sonido, en eso era genial.
–¿En Viet Nam cuál fue la estrategia?
–Santiago tenía olfato de periodista, cuando fuimos a Viet Nam, él sabía que iba a tener la posibilidad de grabar los bombardeos. Nos colocamos en el puente que cruza sobre el río Rojo. Allí habían situado baterías de artilleros. Nos manteníamos alertas. Los bombardeos metían miedo, eran estruendosos, pero nosotros ahí cazando la imagen. Era el año 1965, la cosa estaba ardiendo.
–-¿Así fue en el viaje con el barco Cerro Pelado?
-Cuando ese viaje no esperábamos ningún bombardeo, pero no dormí en el viaje esperando en la madrugaba que pasara algún avión que intentaba sabotear el viaje y ahí estaba mi cámara captando ese vuelo enemigo que estábamos esperando.
–¿De los premios qué me puede decir?
-Los premios son una larga lista, de los que más me impresionaron: Los refugiados de la Cueva del Muerto, película de ficción de Santiago Álvarez, Medalla de la Amistad Ho Chi Minh, Medalla de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Diploma de Periodista Internacionalista, Diploma al Mérito Artístico que otorga el Instituto Superior de Arte, Premio a la Mejor Fotografía (compartido). Festival Internacional de Cine. Ciudad de Panamá. 1972 y el Premio Nacional de Cine 2016.
En el 2015, inspirada en las vivencias de Nápoles como fotógrafo y reportero en la guerra de Viet Nam, la actriz y realizadora Isabel Santos dirigió el documental Viaje al país que ya no existe. La experiencia fue muy emocionante para Iván que pasó momentos de alta tensión en aquel país tan invadido. De aquella experiencia Iván contaría que el peligro acechaba más de lo que pueda imaginarse.
En aquella conversación primera con Iván, recuerdo que Helio Orovio le preguntó si se sentía satisfecho con su oficio y, le contestó: “Nos emocionábamos mucho con todos los viajes a otros países, era algo de mucha expectativa siempre; unido a eso, estábamos haciendo historia.
Sugerencia de lectura: El ojo derecho de Santiago Álvarez
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