Imágenes cinematográficas sobre procesos culturales cubanos
Por: Maya Quiroga
Como parte de la Edición 31 de la Feria Internacional del Libro de La Habana, el proyecto Cuba Digital abrió sus puertas a las publicaciones de Ediciones Icaic, en el Colegio Universitario de San Gerónimo de La Habana.
El primero de los textos digitales presentados fue Planos imaginarios. La isla figurada por el cine cubano, de Astrid Santana Fernández de Castro, Profesora Titular de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, Doctora en Ciencias Literarias, especialista en Literatura comparada y cine.
Al decir de su autora no se trata de un libro propiamente de crítica sobre cine sino que ella se dedica a realizar estudios culturales, sobre las construcciones de imágenes, en disímiles soportes, como pueden ser: las revistas culturales, la literatura, la gráfica o el séptimo arte.
Para su estudio de imaginarios, Santana visionó muchas películas, consultó los escritos de algunos directores de cine y los contextos así como la forma en que se recibieron esas obras por parte de los diversos públicos.
“Recopilé ensayos y artículos escritos por mí a lo largo de diez años. Algunos fueron presentados como ponencias en eventos. Otros formaron parte de presentaciones de libros y luego ampliados.
“Es un libro muy querido porque, de alguna manera, desarrolló mi pensamiento, mi análisis sobre varias películas cubanas de diversas etapas, de casi todas las décadas. La primera que analizo es La odisea del General José (1968) y las últimas son las presentadas en la Muestra Joven Icaic.
“O sea que trata de recoger, de una manera panorámica, películas que han construido imágenes de los procesos culturales, de situaciones contextuales. En ese sentido es muy diverso”.
La autora explicó que la idea fue abrir ventanas y arrojar luces sobre algunos aspectos del cine que le interesan mucho como profesora e investigadora.
“No es un texto sencillo. Tiene gran cantidad de referencias teóricas y análisis conceptuales. Puede ir iluminando zonas, dando ideas de lo que ha sido el cine cubano y cómo se proyectará, quizás, en las próximas décadas. Tiene un componente ideológico importante.
“Siento que el profesor debe generar un diálogo, una interlocución con sus estudiantes y entre ellos mismos. Y que de ese diálogo y esas contradicciones vayan surgiendo también nuevas ideas. Por lo tanto, no es el cine solamente desde la realización estética sino desde la figuración. Es un libro para convocar al pensamiento y la creatividad de los cineastas”.
Agradeció a todos los que contribuyeron a la concreción del volumen. En primer lugar, al cineasta Arturo Sotto que tuvo la gentileza de leerlo para escribir su presentación y al editor Juan Carlos Sáenz de Calahorra, por su dedicación y entrega, porque volvió a ver las películas para revisar las transcripciones hechas por Santana. Aportó además términos cinematográficos porque es un realizador, egresado de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual.
De igual manera, la autora mencionó a la diseñadora Pilar Fernández Melo, responsable del diseño interior, la composición y la portada del texto que, en su opinión, no solo ilustra de qué va el libro sino que conceptualmente expresa muy bien esa deconstrucción de los imaginarios, de los fragmentos, las imágenes y los desplazamientos de sentidos que se pueden dar en el cine.
Santana no dejó de agradecer a Arturo Arango, guionista y escritor, quien fue el primer lector que le hizo sugerencias muy valiosas, desde su perspectiva de pensador y hombre del cine.
“El libro fue el resultado de un proceso. Lo hicimos en 2020, en medio de las restricciones sanitarias. Lo terminé. Fue editado y diseñado en aquel momento en que ni siquiera podíamos tomar un transporte para movernos y encontrarnos. Lo hacíamos todo por teléfono y con mucho cariño”.
Acerca de las ventajas del formato digital acotó que permite ser leído en diversos dispositivos y tiene una movilidad mayor: se puede distribuir mucho más rápidamente: “Lo que sí es negativo que un libro salga solo en formato digital. El objeto libro se puede regalar, firmar. Es una experiencia, en ese sentido, diferente”.
Por último, la profesora manifestó que espera poder presentar su texto, cuando termine la Feria, en el ámbito académico y en el contexto universitario donde ella se desarrolla totalmente.
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