Arturo de Córdova: México y Cuba en el cine
Por: Rafael Lam
Ahora que México y Cuba intensifican su amistad de muchos años, es bueno recordar que el cine, desde hace ya muchas décadas se entrelazó a ambos pueblos en la cultura.
En el verano de 1951, comenzó el rodaje en locaciones seleccionadas de la capital, entre ellas en las secuencias del cabaret Tropicana, en su gran despegue. Estas secuencias eran para la película Te sigo esperando, dirigido por Tito Davidson.
El equipo técnico fue traído expresamente desde los estudios San Ángel de México. El encargado de ese equipo técnico era Agustín Martínez Solares. Y el productor Gregorio Walerstein Castro gerente de la Distribuidora Continental. Así lo contó Pierre de Ramos en una charla con Arturo de Córdoba en La Habana, para la revista Cinema del 12 de agosto de 1951.
La película se estreno en el Olympia, Atlantic, Reina, Cuatro Caminos y el Gran Teatro y teatro Fausto. Cuando aquello los teatros se habilitaban para presentar películas siguiendo la moda, ya que la televisión apenas comenzaba y el cine llegaba con pantalla grande, hasta el barrio.
El actor mexicano Arturo de Córdova con 43 años, participa en varias filmaciones en La Habana. Para esa etapa el actor ya había participado en los filmes. Además de filmar en México también lo hizo en otros países de América y en España. Entre 1943 y 1947 participó en varias películas en Hollywood, interpretando el típico papel de galán latino siendo su película más destacada Por quién doblan las campanas (For whom the bell tolls, 1943), al lado de Gary Cooper e Ingrid Bergman. Otras fueron Rehenes (Hostages) (1943); La rubia incendiaria (Incendiary blonde) (1943), Donde nacen los pobres (A medal for Benny) (1944), New Orleans (Nueva Orleans) (1947) y El pirata y la dama (1944) junto a Joan Fontaine. Sin duda todas grandes estrellas del cine norteamericano.
A finales de esa década filmó exitosas películas en Argentina como ser: Dios se lo pague (1948) junto a Zully Moreno, y que fue la primera película argentina elegida por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood para optar por una distinción como mejor película extranjera en los Premios Óscar, Pasaporte a Río (1948) junto a Mirtha Legrand, Yo no elegí mi vida (1949) con Olga Zubarry y Enrique Santos Discépolo, Fascinación (1949), María Montecristo (1950) y Santa y pecadora (1950) ambas con Zully Moreno.
En 1951 rodó un mismo argumento en dos filmes, uno en inglés y otro en español: Stronghold (codeándose con Veronica Lake) y Furia roja (uno de los primeros filmes de Sara Montiel en América). En su extensa carrera, Arturo de Córdoba no se encasilló en el papel de galán trágico, sino que supo explotar su faceta cómica haciendo películas tan divertidas
Hoy, a la distancia de más de 70 años, recordamos aquellos días en que México y Cuba mantenían una interrelación amistosa en la cultura cinematográfica.
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