Luis Paz Esquivel “Papillo”: Un guateque documental dedicado a un gran creador espontáneo
Por: José Dos Santos
Entrevista, reportaje, crónica, artículo fílmico, valoración histórica y proyección actual de una persona y un género criollísimo. Todo eso y mucho más constituye el documental musical con que el sello discográfico Bis Music concursa en el área audiovisual del Cubadisco 2023.
En poco más de una hora, el material presenta una relevante personalidad nacida en una cuna de la tradición de cultores y público de esa expresión musical plena de cubanía, por su forma y contenido, que caracteriza a los campos de la Mayor de las Antillas.
El repentista objetivo del documental, nacido en 1965, y graduado de doctor en Medicina veterinaria, es uno de los más destacados de la generación que creció admirando a consagrados improvisadores como Jesús Orta Ruiz (el Indio Naborí), Justo Vega, Adolfo Alfonso, Tomasita Quiala y Angelito Valiente, entre otros grandes creadores.
Es, además, guionista e investigador de espacios de televisión como «Décima y Punto», profesor de Talleres Infantiles y colaborador de asociaciones de poetas en Colombia y España.
Luis Paz Esquivel, mejor conocido como “Papillo”, narra su historia en esa aventura de eslabonar ideas y mensajes, provocaciones y reconocimientos improvisados, apoyado en una voz afinada y sensibilidad poética aún más valiosa, acompañado por lo general de un grupo básicamente formado por instrumentos de cuerda acústicos –en especial la guitarra, el tres y el laud- y percusión menor.
Grandes fragmentos de la narración de Papillo merecerían ser transcritas por sus mensajes trascendentes (más allá de lo musical). Intentar resumirla aquí dejaría opaca la lucidez y superficial el contenido de lo que él expone, digno de filósofos o psicólogos. Solo se valoraría adecuadamente con una atenta visualización.
Su intercambio con su padre “el Papillo Mayor”, en un entorno aún en pandemia de la Covid-19 -con vistas de su querida Güines, en la provincia de Mayabeque-, anécdotas y materiales audiovisuales de diferentes momentos de su vida artística dan un panorama singularmente natural, incluso entretenido, a esta obra sin contenidos prefabricados ni argumentos forzados, aunque en las “seguidillas” y “controversias” en las que interviene el cantautor espontáneo está presente ese recurso tan habitual de un buen guateque.
Sus experiencias fuera de fronteras resultan expuestas sin petulancia: así habló de Canarias, Puerto Rico y Chile (impresionante su improvisación ante el pie forzado que vinculó a Violeta Parra con Fidel Castro).
Es de destacar la buena factura, integración de imágenes y parlamentos, de la yuxtaposición del pasado con el presente, que caracterizan este material realizado por Yiria Otaño de los Reyes y Yaima Ceruto Zaldivar.
En él aparecieron 16 entrevistados, otros tantos participantes en una sabrosa fiesta campesina conocida como guateque, fragmentos de otros audiovisuales, entre ellos uno dedicado a un paradigma de Papillo, El Indio Naborí, y los relacionados con la declaración del Punto Cubano como Patrimonio de la Humanidad, por la Unesco.
Satisfacción por haber disfrutado de un buen audiovisual deja este dedicado a Papillo, en el que se pone de relieve solidez de exposiciones, claridad de ideas, dominio de una técnica muy difícil de enseñar en escuela alguna y con notables éxitos en batallas verbales desde que comenzó en esas lides, hace un cuarto de siglo.
Al final resalta su optimismo y satisfacción por lo logrado, aunque afirma que le queda mucho por hacer en los 120 años que vivirá, algo a desear para que Cuba cuente, por mucho tiempo, con un genial repentista que le canta a la vida, honrando siempre a la cultura cubana.
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