Más allá de Bamboleo: piano pa´ ti
Por: José Dos Santos
A Lazarito Valdés se le sigue llamando en diminutivo porque su padre, de igual nombre, aunque haya pasado hace poco a la inmortalidad de la música cubana, sigue siendo Lázaro.
Idéntico nombre para talentos artísticos en padre e hijo no son comunes, pero, en su caso, ser heredero de un grande del piano establece un elevado compromiso que su vástago ha honrado siempre y ahora lo hace con creces en su audiovisual de jazz “Piano pa´ ti”, de Bis Music y dirigido por José Manuel García.
Con todos los temas compuestos por él, excepto “Zapateo por derecho” de Frank Fernández, en el concierto de casi una hora de duración, la agrupación timbera asume su rol jazzístico para respaldar a su líder-fundador.
Nota sobresaliente para el saxofonista Bismarck Ochoa, pleno de ideas muy bien ensambladas con las creaciones del pianista, quien con su Yamaha crea sonoridades diversas, según la pieza.
Los acompañantes de Lazarito son jóvenes, como ha sido habitual desde que fundó Bamboleo, entre ellos el trompetista Cristian Díaz, el percusionista Roberto Hasty y el baterista Alejandro Chávez.
Muy bien también la presencia del bajista Hanselt Pérez Castillo y la de Luis Roylan Sewer y Yosmel E. Duvergel en las percusiones menores. Lázaro López aporta su pincelada vocal en uno de los temas.
Lazarito
Lázaro Moisés Valdés Rodríguez nació en 1965 y creció entre notas musicales. Además de su padre, quien se distinguió al piano junto al genial Benny Moré y concluyó su vida artística al frente de Son Jazz, este creador, siempre serio ante el teclado, es sobrino del gran percusionista y ex Irakere Oscar Valdés, director de Diakara, y de Vicentico Valdés, uno de los más recordados boleristas cubanos.
A los 12 años comenzó estudios de violín, piano y percusión en el Conservatorio Manuel Saumel y a los 16 hizo sus primeros trabajos con la agrupación Proyección Cubana como pianista.
Posteriormente pasó a trabajar con Bobby Carcassés y así inició su vinculación con el jazz. En otros ámbitos colaboró con Héctor Téllez, Amaury Pérez y Pachito Alonso.
De sus primeros empeños propios se recuerda que en 1994 inició un proyecto llamado Las Mulatas del Fuego, con el que no quedó satisfecho y, por ello, al año siguiente funda Bamboleo, con el que incursiona en desde la salsa, el son y la música afrocubana a los boleros, las baladas y el jazz con mucho sabor cubano.
Aceptación
Ese mismo año su grupo obtiene la categoría de Orquesta Revelación en el programa anual Mi Salsa y es seleccionado para intervenir en el 15 Festival Jazz Latino Plaza 95, en el cual también es considerada la Orquesta Revelación del Año.
A lo largo de este período de trabajo Bamboleo ha contribuido al descubrimiento de importantes figuras femeninas de la cancionística contemporánea, entre ellas Haila Mompié, Vannia Borges y Tania Pantoja.
En su autobiografía, no muy actualizada, por cierto, dice: “Mi piano ha estado presente en este grupo 10 veces en Estados Unidos, 2 Japón, 1 China, 4 Panamá y múltiples veces en las giras de veranos e inviernos de Europa”.
“Tengo realizados 5 discos de Música Tropical y 2 de Jazz. Uno de ellos el CD “Ya No Hace Falta” se ha convertido en uno de los más populares de la música cubana de estos tiempos.
“Realicé un DVD junto a Manolito Simonet con la agencia Bis-Music… hemos hecho múltiples aportes a la lucha contra el cáncer y el VIH en efectivo y hemos dado actividades musicales a los enfermos del hospital Santiago de las Vegas. Hacemos actividades en las universidades y a colectivos de obreros”.
Es de destacar que Lázarito Valdés participó con su grupo en el disco “Ear-Resistable”, de los Temptations, ganador del Grammy; y en el programa “Road Rules” de la cadena MTV. Asimismo, ha compartido escenario con grandes figuras como James Brown, Femi Kuti y George Benson.
Ricardo Alonso Venereo, en el diario Granma, valoró que “esta orquesta… es tan buena haciendo timba como jazz, bolero y canción, entre otros.”
“Piano pa´ti”, título de una de sus piezas, es expresión de esa calidad musical que ha caracterizado la obra de ese Lazarito que hoy encabeza una ilustre rama de los Valdés en la música cubana de todos los tiempos.
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