Los problemas de la radio
Por: Rafael Lam
En estos días se han estado discutiendo los problemas de la radio en Cuba, el asunto de los medios masivos en el mundo no es nada fácil. El mundo ha cambiado y los métodos han variado.
El atractivo de la radio para los oyentes, es algo que siempre ha sido digno de estudio y cae en manos de los especialistas que se basan en encuestas, en hechos prácticos.
La radio tiene una elevada inmediatez para hacer llegar la noticia, permite interacción en tiempo real con su audiencia. Otro de los aspectos positivos una forma barata de mantener informada a la población, dada su simplicidad, se puede transmitir cualquier mensaje con mucha rapidez.
En su etapa inicial, la radio era un aparato “portátil” de unos diez kilogramos de peso, fabricado a partir del cristal de sulfuro de plomo conocido como galena. Era imposible cambiar de dial, aunque las emisoras continuaban siendo muy escasas.
Foto tomada de CubaTesoro
Esta voz informativa y de entretenimiento fue evolucionando con el tiempo, cambiando su forma e introduciéndose en diferentes dispositivos; primero en los transistores como los walkman y los mp3, hasta conquistar los smartphones y apoderarse de los automóviles.
La radio ya no es solo una caja sobre una repisa. Ni es solo música. En su forma actual, la radio puede consistir en voz, música, redes sociales y video. Cuando aspiras a un trabajo en una radio moderna, es importante pensar en ella como un medio multi-plataforma y ser tecnológicamente avezado.
Reflexiones a partir de un especialista llamado Francisco Godínez, considera que la radio puede hacer muchas más cosas que antes. “Hoy una radio puede hacerlo de otro modo, una radio puede transmitir por onda analógica, ser radio digital, pero además transmitir por Internet, generar podcasts, intervenir en las redes sociales, ser una casa con parlantes, una instalación sonora, ser Youtube, Spotify, estar en la radio, en el celular, en un reloj, en la computadora, en el televisor. Hoy el territorio de la radio es más ancho que antes. Hoy el mundo es una gran radio”.
El podcast, por ejemplo, hace que sea barato, sencillo y rápido producir un contenido. Hoy una radio debe comprender ese fenómeno.
La radio debe ser efectiva, segura, útil y necesaria; no deben hacerse programas por llenar un espacio. Poco a poco debe enriquecerse con buenos especialistas, comentaristas que aporten algo de interés. Es una responsabilidad colectiva asegurarnos de que nuestra industria refleje con precisión la sociedad a la que servimos.
La práctica de utilizar en todo una pareja de conductores no siempre es aceptable. “Esa es una práctica –me decía el locutor Franco Carbón- tomada de países de Europa del Este que no tienen nada que ver con nuestra idiosincrasia. Muchas veces lo que hacen es tirar piedras, improvisar y perder el tiempo en asuntos sin importancia”.
Cada emisora de radio y, la radio en su totalidad deben conformar un equipo para que todo programa tenga un sentido útil y atractivo. Conocer los temas más acuciantes, de más interés. La radio es muy bondadosa, pero hay que ponerle todo el conocimiento necesario.
La radio debe ser más explosiva, atrevida y renovadora. Puede ser más fuerte que nunca. Ser explosiva, fresca, brillante. La necesitamos así. Porque hoy la radio puede (y debe) seguir ayudando a mejorar el mundo. Ella constituye una tribuna eficaz para intercambiar información y promover el debate público y puede desempeñar una función capital, al ayudar en las situaciones de crisis y desastres facilitando la comunicación y la respuesta a ellas.
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