Bejucal: un pueblo de cine y charangas
Por: Rafael Lam
Bejucal fue el primer pueblo en ofrecer espectáculos de cine, junto a otras actividades. Bejucal no es un pueblo más de lo que, en sus inicios era la gran Habana, este es el pueblo de las charangas, una de las fiestas más animadas del país y Patrimonio Cultural por el Consejo Nacional de Patrimonio. Además, cuenta con el universalmente conocido actor Andy García, actor de una de las películas de “El Padrino”.
En 1908, cuando comenzaba el siglo XX, se abre el Teatro Zertucha, era el médico de Antonio Maceo, en un momento dado. Este renombrado Zertucha es abuelo de la cantante lírica Bárbara Llanes, quien a su vez es hija de, una reconocida profesora de música Aidita y Maximito Llanes, uno de los cantantes del grupo Caney que seguía la herencia del conjunto de La Sonora Matancera.
¿Cómo se inicia el cine en el Teatro Zertucha?
Uno de los espectadores del teatro, Evaristo Herrera era fotógrafo y, en su faceta de dramaturgo escribió varias obras, entre ellas: El sibarita, El amor vence todo, y, a su vez fungió, en algunos momentos como actor en sus obras.
En su faceta de dramaturgo, diseñó y construyó espectáculos decorados para el lucimiento de las carrozas de las charangas.
Es el 20 de agosto de 1923 –ahora hace cien años- que Herrera adquiere una cámara tomavistas con la que rodó una serie de cortometrajes de ficción y documentales. Una de esas ficciones fue la tragicomedia Entre amores (1925), exhibida un año después en el cine Olimpic, en la calle 23 y 12 (donde radica el Icaic).
La película fue recibida con aplausos, no tuvo la distribución requerida a consecuencia de la hostilidad de las casas distribuidoras que no tenían todas las condiciones que se necesitan para una industria de cine cubano.
Entre amores fue filmada en las calles de la capital cubana, especialmente en Galiano y San Rafael (llamada La esquina del movimiento y también La esquina del pecado, por la cantidad de mujeres bellas que sitiaban a las tiendas de la zona).
También se filmó en el barrio de la Víbora, en la parte de afuera de la iglesia de Bejucal actuando como sacerdote el joven lugareño Antonio Ramírez.
El procesamiento técnico fue realizado en los laboratorios M y P proveniente de los Estados Unidos. La revista Bohemia vaticinó que “El estreno de Entre dos amores marcará, sin dudarlo, el resurgimiento del arte cinematográfico nacional y constituía un acontecimiento artístico”.
Este fue el único filme que logró dirigir, diseñar su escenografía y lo produjo apoyado por su propio dinero, una herencia adquirida por valor de cinco mil pesos, una verdadera fortuna, en aquel entonces. Con ese dinero adquirió cien mil pies de película virgen y confió a su amigo del pueblo Ricardo Delgado quien asumió el cargo de la fotografía.
Evaristo fallece el 9 de febrero de 1940, a los sesenta años en la ruina. Murió en la miseria con un mínimo sueldo en el Ayuntamiento de Bejucal, donde mismo falleció inclinando su cabeza en su buró de trabajo. Sus compañeros lo consideraron un idealista, pero los sueños, sueños son.
El cine es una industria costosa y llena de idealistas que echan su vida en el sueño de dejar plasmado algo para la historia. Pero el empeño es arriesgado y lleno de sacrificios.
FUENTE:
Lázaro Evelio Blanco, Castillo y Agramonte.
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