El cha cha chá inundó la radio, la tv, los documentales y el cine de los 50
Por: Rafael Lam
A partir de la 1953, cuando comienza la fiebre del ritmo del cha cha chá, el cine aprovechó esa moda para integrarla a la radio, la TV y el cine.
En un principio la América solo actuaba por los gastos del viaje. En aquellos momentos Ninón alternaba la música con su oficio de panadero. A partir de 1943, la Orquesta América, se presentó asiduamente en la emisora Mil Diez (CMX). Entonces se incorporó a la misma, un joven y talentoso violinista de 17 años, llamado Enrique Jorrín, que se convirtió en el primer violín y arreglador de la orquesta desde aquel momento. A continuación, siguieron las actuaciones en Radio Salas (CMBZ), Radio Cadena Habana (CMCH), Cadena Azul (RHC), y otras.
Cuando el cha cha chá se pone de moda, a partir del estreno del hit de Enrique Jorrín La engañadora, las vitrolas, la radio, la TV y el cine asumieron la moda. Las bailarinas en los cabarets y películas bailaban al compás del cha cha chá. Un dos: cha cha chá.
Los discos utilizados, tanto en las vitrolas, como en la radio se gastaban de tanto ponerse y se debían cambiar constantemente.
“Tanto fue así –decía Jorrín- que la primera disquera de Cuba: La Panart, pudo hacer grandes inversiones en una fábrica de discos con, principalmente como mi composición La engañadora y otros cha cha chá míos y de otros creadores.
Los más sonados éxitos del cha cha chá, llevó a sus máximos intérpretes a ser reclamados por la industria cinematográfica participando en doce películas, seis de ellas con Ninón Sevilla, títulos como “Amor y pecado”, “Club de señoritas” y “Mulata”; dos con Miss Universo, la francesa Christiane Martel “Cien mujeres” y “Una lección de amor”; otras fueron “Los Marcianos”, “Barba Azul”, “Las viudas del Cha-Cha-Chá”, “Música en la noche”, etc… Además, actuaron en los cabarets Astoria, Maricel y Las mil y una noches y hasta en cuatro salones de baile en un solo día. El día 28 de enero de 1957, en el Sindicato de Electricistas de México, la Orquesta América cerró la velada en que fue exhibida el rodaje de la entrevista que el periodista norteamericano Herbert Matthews, hiciera a Fidel Castro en Sierra Maestra.
Brigiette Bardot bailó un cha cha chá en su atrevida película Y Dios creó a la mujer (1956). Una de sus amigas entona “perdición que ritmo perdición…cha cha chá la la la la la la”. Cambia el texto de “Vacilón, que rico vacilón Cha cha chá que rico cha cha cha¨, de Rosendo Ruiz Quevedo. Entonces, la Bardot, acompañada por un grupo de música tropical, se despeina, encima de una mesa, como Madonna en La Habana, con el cha cha chá y una mezcla de ritmos cubanos.
En el musical West Side Story (1961), la pieza principal, María es un cha cha chá. El rey del mambo Pérez Prado grabó cha cha chá, también lo hicieron, Machito y sus Afrocubanos (reyes del latin jazz), Fajardo y sus Estrellas quien llevó el nuevo ritmo a los grandes cabarets como el Montmartre, el Waldorf Astoria, de New York y hasta Japón llegó con su Sayonara. Nat King Cole grabó El bodeguero de Richard Egües. En esos tiempos, decían los músicos estadounidenses, todo sonaba en cha cha chá.
La historia completa del cha cha chá en la radio, los documentales, la TV y el cine obligarían a muchos artículos; esto es aproximadamente parte de la historia de un baile sin igual en los medios masivo de la época.
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