Conversando con Humberto Solás: «Echamos la vida en el cine cubano»
Por: Rafael Lam
La Jornada de la Cultura Cubana conmemoró los 15 años del fallecimiento de Humberto Solás Borrego. El 4 de diciembre próximo recordaremos los 82 de su natalicio.
Conocí a Solás en 1975, cuando realizó la película Cantata de Chile. Me invitaron como extra, escenificando a uno de los pampinos que intervienen. Un pampino es un obrero de los que trabajaron por décadas en el desierto. Es una historia dolorosa. En 1907, los obreros del norte de Chile organizaron una huelga de gigantescas proporciones, con el propósito de mejorar las condiciones de vida de los mineros, explotados por empresas extranjeras. La respuesta de la oligarquía chilena consistió en lo que, históricamente, se conoció como la Masacre de Iquique. Aquella historia real movió la creatividad de Solás. Daría paso, con el tiempo, a una obra de arte.
Después, en el año 1981, fui testigo de varias escenas de la película Cecilia, ya que Imanol Arias estuvo hospedado en el hotel Habana Libre, donde yo colaboraba con la dirección artística. Recuerdo que para filmar las escenas de la Plaza Vieja, Imanol y Solás me invitaron a participar.
La agitación y las tensiones era mucha y, sin embargo, antes de la filmación, Solás fumaba con serenidad. El asistente gritaba por la locación, pero Solás estaba allí como si nada.
Años después, en el propio hotel Habana Libre hablamos sobre el tema. Le conté sobre mi asombro ante su calma imperturbable, en el preludio de las escenas de la Plaza Vieja. Me dijo: «Como los capitanes de barco, que ante cualquier avatar nunca se turban; sin embardo, la procesión -como dicen los ingleses, con su flema- va por dentro. Sobre Cantata de Chile llegaría a confesar:
La película, realizada en 1975, recibió el premio del jurado de la III Semana de Cine Iberoamericano, celebrada en Huelva, siendo votada por mayoría. En 1976 logró el Gran Premio Globo de Cristal durante el XX Festival Internacional Cinematográfico de Karlovy Vary, en Checoslovaquia. La catalogaron como una película de “agitación”, pero aborda de lleno el tema latinoamericano.
Sobre Cecilia conversamos mucho más:
Cecilia fue un grito de libertad. Significó un despliegue de recursos que, para muchos, resultó inusitado. Algunos no consintieron el esfuerzo. En el cine se gana y se pierde. Yo tenía mi visión de autor, en la línea europea. Toda ese alaraca me hizo sentir muy feliz, después de lograrse tanto la curiosidad como la polémica: todo ese morbo suscitado. Eso siempre reanima a la masividad popular.
Cecilia me devolvió la confianza en el cine que hacía Humberto. Y algún tiempo después, un actor de telenovelas de Brasil, Rubens de Falco, declaró que cuando conoció Cecilia sintió que ahí había un creador. Fue la Mejor Película del Festival Internacional de Cine de Panamá, ebn 1982, y ganó el Premio a Mejor Actriz (para Daysi Granados) en ese certamen. Selección Oficial en Cannes. Francia, 1982. Premio de la Crítica Cubana a Serie Televisiva (mejor producción nacional), La Habana, Cuba, 1995.
Un hombre de éxito (1986) obtuvo el Primer Premio Coral en el VIII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Fue la primera película cubana en ser nominada al Óscar a Mejor película de Habla no Inglesa. Premio Coral a la Dirección de Arte, en el VIII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano; Premio a la Mejor Película India Catalina de Oro del Festival Internacional de Cine de Cartagena, Colombia, 1987; y Makhila de Plata en el Festival de Cine Ibérico y Latinoamericano de Biarritz, Francia, 1987.
Comenzando la última década de la centuria, El siglo de las luces (1991) fue Premio a la Mejor Fotografía y a la Dirección Artística del Festival Internacional de Cine de Gramado, Brasil, 1993; Premio Pitirre a la Mejor Película en el Festival Cinemafest, San Juan, Puerto Rico, 1993; Mención Especial del Jurado en el Festival Iberoamericano de Cine, Huelva, España, 1993; y Premio de la Crítica Cubana a Serie Televisiva (mejor producción nacional) en La Habana, Cuba, 1993.
Después vino otro modo de hacer:
Después de esta serie de películas históricas paso a lo contemporáneo. Miel para Oshún (2001) y Barrio Cuba (2005), representaciones dramáticas de cubanos del siglo XXI.
En el 2003 fue el gestor, fundador y presidente del Festival Internacional de Cine Pobre de Gibara. Humberto concibe la idea del Festival:
Ese acontecimiento fue como una exposición nueva en un mundo viejo. Con pocos recursos, pero pusimos la imaginación y apostamos por la inserción de nuevos prospectos.
Dejamos un espacio en el diálogo para su experiencia con Lam:
Wifredo Lam en España es apreciado por su estancia y por lucha en la Guerra Civil. El documental lo grabamos en Sagua la Grande, en 1978. Se alzó con el Premio Colón de Oro al mejor cortometraje otorgado por el público, en el VIII Festival de Cine Iberoamericano en Huelva, España. Lam es todo un artista de la pintura, de la cultura y de la vida de los cubanos. Tuvo una vida de película.
Por último, le pregunté por su Premio Nacional de Cine: «Eso fue muy grato», me dijo. «Echamos la vida en el cine cubano».