Luces… cámaras… A rodar fantasías
Texto y fotos: Pedro R. Noa Romero
Con los brazos extendidos, simulando la posición de una claqueta abierta y la consigna: “Luces… cámaras… A rodar fantasías”, decenas de niñas, niños, adolescentes y adultos clausuraron la novena edición del Festival Internacional del audiovisual infantil “Rodando Fantasías”, el pasado viernes 3 de noviembre, en la sala de teatro Margarita Casañas, ubicada en El Mejunje, Santa Clara.
Ocho premios Chicuelo de Fantasías, un grupo de reconocimientos y varias menciones fueron repartidos entre las 26 obras de diferentes géneros, agrupadas en las categorías de infantiles, adolescentes, adultos y colaborativas; que quedaron como finalistas después de una curaduría entre las 126 inscritas.
Igualmente, el evento reconoció los minifilmes en competencia con el Premio Cucumí, un galardón colateral, creado por la filial de Cine, Radio y Televisión de la Uneac en Mayabeque. Se tuvieron en cuenta cortometrajes realizados por niñas, niños o adultos de forma personal o de manera colaborativa, cuyo público sea la infancia; y también audiovisuales dirigidos por adolescentes o adultos de forma personal o de manera colaborativa, cuyo público sea la adolescencia.
No podemos comentar sobre todos los audiovisuales reconocidos en esta edición de “Rodando Fantasías”. Por lo tanto, vamos a centrarnos en los que obtuvieron el Chicuelo de Fantasías y los premios o menciones Cucumí, coincidentes en varios cortos.
La piñata, cortometraje de ficción de México, dirigido por Verónica Ramírez, obtuvo los dos premios otorgados por el certamen: El Chicuelo de Fantasías en la categoría de adultos y el Premio Cucumí como producción destinada a la infancia.
El corto narra la historia de Lorena, una niña de siete años, que cursa el segundo grado en una escuela primaria en Papalotla, Estado de México. Vive con su madre y le gusta jugar e imaginar que tiene un mejor amigo de nombre Julián. Lorena desea ganar el concurso de piñatas convocado por su centro escolar, donde el gran premio es una bicicleta, así que, para lograrlo, crea una muy especial.
Unida a su buena factura y las actuaciones logradas, a cargo de la protagonista: Renata López, en el papel de Renata, y del resto del elenco, el filme deja en la audiencia un mensaje positivo sobre el valor espiritual de las cosas realizadas por uno mismo, por encima de su perfección o costo material.
Otra obra que compartió reconocimientos fue el documental participativo de creación colectivaLas (nos) tratan (Perú), que alcanzó una mención honorífica en el Festival y el Premio Cucumí en el acápite de realización dirigida por adolescentes y para ese sector etario como público.
El audiovisual, de poco más de seis minutos, se produjo con las historias de 65 adolescentes que viven entre las ciudades de Huánaco y Pucallpa, una de las tres rutas que existen en el Perú para la trata de personas. El documental fue producto de cinco talleres colaborativos, llevados a cabo con el objetivo de sumar fuerzas en contra ese mal social. Su saldo, como producto artístico, es una denuncia eficaz sobre el tema como forma de violencia.
28 A es otro documental ganador del Chicuelo de Fantasías y Mención dentro del Premio Cucumí. Su director es un adolescente colombiano, Andrés Felipe Astaiza, quien narra, desde su propia perspectiva, los sucesos ocurridos el 28 de abril de 2021 en su país natal.
Ese día, una gran cantidad de personas tomaron las calles de sus ciudades en protesta por el mal gobierno del presidente Iván Duque, expresando su oposición al proyecto de reforma tributaria. Fue un estallido social que duró hasta julio de ese año, y dejó decenas de personas muertas en diversos departamentos del país. Lo más destacable en esta no ficción es la combinación de la perspectiva personal de este joven, para narrar los sucesos, con recursos visuales muy simples y una narración en su propia voz, lo cual mantiene a 28 A muy cerca del reportaje periodístico.
Otra coincidencia entre el jurado internacional convocado por “Rodando Fantasías” y el del Cucumí, fue que ambos otorgaron Mención al animado Empowerados de la colombiana Valentina Pereira. El cortometraje está hecho en la técnica de stop motion y su tema es el cuidado del ecosistema de las ciudades.
Su historia gira alrededor de un chico apasionado y conservador del medio ambiente, quien recorre la ciudad y sus zonas verdes, dando su ejemplo y apoyo, recogiendo la basura, reciclando. El objetivo de Empowerados es que el público reflexione, una vez más, sobre la importancia de cuidar la naturaleza y el planeta en que vivimos.
Vestida con mi sangre es un trabajo de ficción, protagonizado por estudiantes del 4to año de la escuela de arte de Villa Clara. El director del cortometraje es César R. Irigoyen. La obra obtuvo el Chicuelo de Fantasías y llegó al evento con una Mención del Premio Cucumí, convocado en el evento teórico del Caracol de la Uneac, efectuado en septiembre de 2023.
El texto audiovisual se acerca a los problemas existenciales del universo femenino, apoyando su dramaturgia en parlamentos extraídos de Casa de muñecas de Henrik Ibsen y Hamlet de William Shakespeare.
Loable resulta la actuación de las protagonistas y el trabajo de edición, a cargo de su director. Igualmente obtuvieron el Chicuelo de Fantasías los cortos de animación La vida de un pollo (Cuba), 390 a la sombra, Banlá y Hablando de cosas serias; estos tres últimos, argentinos.
El primero, La vida de un pollo, es un divertimento construido en unos pocos planos y el acompañamiento de la conocida canción infantil “Los pollitos dicen”, mediante los cuales nos narra el destino de un pollo desde su nacimiento hasta su sacrificio. Realizado en stop motion, por el niño César Alfonso Cujilema Roca, es un buen producto, muy original, del proyecto audiovisual Ananá, de Ciego de Ávila.
390 a la sombra, es una animación en 2D dirigida por Eduardo Elli, sobre un niño que, en un día extremadamente caluroso, se va a jugar que pesca en la azotea de un edificio. En su imaginación lúdica, una gran ballena se sumerge en el estante donde se refresca apenas los pies. Por su parte, Banlá emplea la técnica de la pixilación y 2D, para contarnos la historia de Marco, un adolescente que entra a su casa, se acuesta y dormido comienza a soñar un mundo donde existe la música, a través de la cual se puede salvar o perderse.
Banlá es un ejercicio de clase realizado por cinco adolescentes del 4to. año del Instituto América Latina La Matanza, en Argentina: Nicolás Ortiz, Joaquín Medina, Iván Pereyra, Marco Borello y Ulises Altamirano. Llama la atención por la combinación de las técnicas de animación, especialmente la pixilación.
Hablando de cosas serias es un serial homónimo dirigido fundamentalmente a los infantes de la primera edad. Ellos son interrogados sobre temas propios de los adultos, los cuales contestan con su sinceridad característica. A la originalidad de esta propuesta temática se suma un excelente diseño de personajes muy bien animados.
Cierra la relación de premios Chicuelos de fantasías el documental La ley de la atracción, resultado del taller de cine documental usando tu celular. El tema parte de una extraña coincidencia: en México han habido tres temblores con fecha 19 de septiembre: uno en 1985, otro en 2017 y el último en 2022.
Este suceso es el punto de partida para que un grupo de niñas y niños interroguen a sus congéneres y expertos sobre sus experiencias frente a los terremotos, así como su opinión sobre esta rara coincidencia en fechas. El documental tiene a su favor el carisma de las niñas y los niños conductores, la escenografía creada como marco ambiental para las entrevistas; pero por momentos es reiterativo.
Concluyo esta aproximación a los minifilmes premiados en la 9na. edición del Festival Internacional del audiovisual infantil “Rodando fantasías”, con un animado que recibió mención por parte del jurado del Cucumí y no obtuvo ningún reconocimiento en el certamen. Me refiero a Paco Yunque, una obra peruana, dirigida por Iliana Sol León Roca, creada en stop motion con plastilina, adaptación del cuento homónimo de César Vallejo.
La historia narra las vicisitudes de un niño tímido y de origen humilde durante su primer día de clases, en el cual debe soportar los maltratos y humillaciones de otro niño, Humberto Grieve, hijo de los patrones de su mamá. Junto al diseño visual de los personajes y los ambientes en que se mueven, Paco Yunque deja un mensaje instructivo: ningún niño o niña debe ser discriminado o abusado por su posición económica, clase social o color de la piel.
