El sueño de Emma
Por: Valia Valdés
Fotos: cortesía del director Germán Vilche
El sueño de Emma (2023) integró la representación argentina al 44 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. La ópera prima de Germán Vilche, director de fotografía de Pasaje de vida (2015), Choele (2013) y numerosas producciones publicitarias, resultó un feliz comienzo.
El sueño de Emma llegó a La Habana gracias a su productor, Diego Corsini, director, guionista y profesor de Talleres Internacionales de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV). Vía online, el director Germán Vilche comentó a Cubanow algunas particularidades de su debut en el formato largometraje:
«Después de dirigir tres cortometrajes me daba miedo asumir un largo. Mi cuarto cortometraje fue creciendo, y no me quedó otra que hacerle frente ya que amaba la historia.
«Soy uno de los tres guionistas, disfruté y aprendí muchísimo sobre emocionar y escribir al ponerme en la piel de alguien más… creo que la historia me eligió a mí, nació de mi vida personal y el amor incondicional hacia mi hija, que recién había nacido. Quería experimentar los límites de un amor que no conocía».
La hermosa fotografía de Lucas Guardia y G. Vilche sitúa el relato de Federico Arzeno, Adrián Caram y Vilche en el Delta del Tigre, provincia de Buenos Aires, locación explorada por Germán en producciones anteriores. La visualidad de El sueño de Emma, diferente dentro de la cinematografía latinoamericana que llega a nuestras pantallas, refresca la mirada y aporta una temperatura reflexiva.
Sobre el concepto fotográfico de la película, explica Vilche con gran sencillez:
«Fue solo tener una buena cámara, unos lentes sensibles que pudieran captar la luz del lugar. Elegí la época invernal, ya que el recorrido del sol es bajo y pude utilizar toda luz natural».
El contexto pictórico, frío y solitario, ambienta la historia de la adolescente, protegida por el cariño del padre trabajador y sus vecinos. La maestra local encuentra una oportunidad de desarrollo para su alumna más aventajada, a través de un programa de intercambio con el extranjero. Ese resulta el catalizador de El sueño de Emma.
El personaje protagónico, interpretado por Luthien Ramos, crece en determinación al vencer el temor de compartir los anhelos de viaje con el padre, e intenta resquebrajar su oposición por medio del convencimiento. El proceso agónico de la figura paterna se enriquece con las emociones reprimidas y contradictorias que recrea Sebastián Arzeno, dúctil actor premiado con anterioridad por los filmes: Las buenas intenciones y Angélica.
En cuanto a la elección del elenco, nos refirió el director:
«Para elegir el casting me basé en la gente del lugar, en cómo piensan, caminan, se relacionan entre ellos, y se toman el tiempo para ciertas cosas. Seguí mi instinto sobre la forma en que imaginaba a los personajes. No sé xplicarlo con palabras; es algo que lo sentí muy claro al buscarlos».
En El sueño de Emma sobresale el elenco de actores que acompaña a los intérpretes noveles. La soledad de los personajes de más edad, en unos casos bien llevada, y en otros, tristísima, es enfatizada por la historia de una anciana que prefiere morir sola a ser recluida por sus hijas en un asilo.
Vilche, ganador del Premio a la Mejor Película en el 41 Festival de Cine de Alekino (Polonia) por El sueño de Emma, apuesta por el desafío y el estilo de vida que cada uno elija, al tratar un conflicto universal que también nos afecta ahora en el entorno nacional. Por motivos económicos, de superación profesional o políticos, los hijos se mudan de ciudad o país, mientras los familiares quedan atrás con un profundo sentimiento de pérdida. La historia se alarga y dispersa en las subtramas, pero sensibiliza al espectador capaz de apreciar la sutileza con que penetra en el tema de la libertad personal, la familia y las migraciones, tópicos de actualidad para el público cubano.
