Patricia Ramos disfruta la primavera

  Por Valia Valdés

Conseguir el presupuesto y obtener luego el permiso de la agrupación británica, para usar su nombre en el título del filme Una noche con los Rolling Stone, fueron dos de los momentos más complejos que enfrentó Patricia Ramos al filmar lo que sería su segundo largometraje.

Después de un largo proceso de realización, llegó la primavera para la premiada cineasta cubana; quien puso a prueba la película ante el público cubano y lo presenta ahora en eventos y escenarios internacionales.

El galardón como Mejor Actriz recibido por su protagonista, Lola Amores, en el Havana Film Festival de Nueva York, estimula el interés hacia la cinta y la producción cinematográfica actual en la Isla.

Queda mucho por saber sobre Una noche con los Rolling Stone, por lo que seguí la ruta de sus exhibiciones en Estados Unidos. Tuvo una presentación especial a sala llena en la Universidad de California, Berkeley, auspiciada por el Departamento de Español y Portugués. De ella Patricia refiere, con satisfacción, la forma en que el público reaccionó en los mismos momentos de humor que provocaron las risas en La Habana.

La exhibición finalizó con una sesión de preguntas y respuestas, hasta que el tiempo se agotó y varias personas quedaron con interrogantes pendientes.

¿Cuáles fueron las inquietudes de los estudiantes de Berkeley?

Indagaron sobre el estado actual del cine cubano, la relación entre el ICAIC y el cine independiente, acerca de la elección de las locaciones que recorre el personaje protagónico, el proceso de obtención de los derechos de los Rolling Stones, los actores, etc.

¿Por qué entremezcla el humor y la tristeza en Una noche con los Rolling Stones?

La verdad, no es algo que hiciera a propósito. Cuando escribo me sale el humor, naturalmente, y no lo reprimo, porque lo disfruto mucho. En las historias que he escrito el humor es parte de ellas, y considero que aporta, como en la vida.

Una noche… es más triste que otras historias que he contado. Quizás sea por lo vivido, las muertes de varias personas que una ha querido, la sensación de la medianía de la edad, los sueños rotos, la conciencia de que el tiempo es breve, la vida es efímera, no sé. Creo que todo se mezcla, porque una escribe desde una, aunque todo sea ficción y, de algún modo, se deba a la imaginación. Tal vez esté más consciente o triste ahora que hace 10 años, quizás en 10 años esté más feliz. No lo sé. Ya veremos.

¿Qué significados guarda el personaje de Rita?

Rita es una mujer que hace lo que puede con lo que le ha tocado vivir. Intenta ser feliz, se entrega, sueña, es un ser vibrante. Al mismo tiempo, la define una languidez, que no es más que un poco de tristeza por no encontrar su acomodo entre lo que siente y desea.

La caracterización de Doris Gutiérrez como la madre refuerza el sentido de empatía y espiritualidad dentro del filme. ¿Intenta que esos valores predominen en su cine?

Esto no es algo que haga con demasiada conciencia: eso de que un personaje se convierta en un valor. Pero Aurora, el personaje interpretado por Doris, es la plenitud, la tranquilidad y la aceptación. También es un personaje cándido, una persona buena que ha decidido morir en paz y decidir su muerte. Es alguien libre y creativo también. Creo que algunos de los personajes de la película son islas en medio de otros que se han deformado, se han vuelto más cínicos. El cinismo que nos rodea y que siento, también está tratado con humor.

En Una noche… el personaje de Rita encuentra varios ancianos sin acompañamiento familiar. ¿ Por qué incluyó ese tema?

Últimamente he estado obsesionada con ese tema. En el cortometraje El aniversario también presento personas mayores y solas, que viven y se las arreglan como pueden. Esa situación es algo que observo, cada vez con más frecuencia, en nuestra realidad. Los mayores están muy desprotegidos, aun cuando la mayoría de ellos no se queja y tratan de salir adelante a su manera.

En la película, las microhistorias, los personajes que Rita visita, al menos en escena, están solos; era la forma más adecuada de contarlo. Aparece la referencia a la familia, pero no están en la escena. Fue el modo que escogí para concentrarme en su problema y ofrecer una ventana más a la realidad, por medio del espacio que ellos habitan.

¿Cómo han resultado los encuentros con la audiencia?

Ha sido muy bonito acceder al público. Es cuando una siente en qué medida logró transmitir lo que pensó. Me han dicho cosas muy conmovedoras. Como siempre pasa, cada quien asume la historia desde lugares que uno no imaginó posibles. Pero eso es lo hermoso de contar historias. Se terminan de completar con las personas. Cuando las personas completan, con su mirada, la historia que uno creó en soledad.

Entre los comentarios, los espectadores han expresado que es una película sensible, agradecen mucho el humor y su combinación con la tristeza. Otros la han reconocido como una película triste, que logra conmover, y se identifican mucho con Rita, la protagonista.

Es una oportunidad muy bonita poder acompañar el largometraje cuando se muestra en otros espacios. Me siento muy afortunada. Lo que más me gusta es que he visto reaccionar al humor o al drama en los mismos momentos, no importa el lugar, lo mismo en La Habana que en Berkeley.